Largo Viaje

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NARRA SKELETON 

Caminaba a la par de aquel chico, ambos mirando de reojo hacia atrás esperando que Lena dejara de perder tanto tiempo recogiendo flores. Aún seguíamos en el bosque, avanzabamos sin dirección alguna, sólo con la pura intención de alejarnos lo más posible de aquella mansión. 

El plan nos funcionó en su mayor parte, tal como William había dicho ellos tenían horarios y zonas asignadas, pero parecía que no estábamos de suerte. Justo cuando pasábamos por la zona que debía estar sin vigilancia en ese momento nos encontramos con un chico que al parecer se había quedado dormido ahí y apenas despertaba, apenas nos vio gritó alertando a todos. 

Lena asustada le dio un golpe en la cabeza haciéndolo caer al suelo al instante, desconozco si murió o sólo se desmayó pero no teníamos tiempo de averiguarlo, se escuchaba que una multitud se acercaba listos para matarnos. Como estábamos a punto de salir de la zona que reclamaban como suya y no podían detenernos comenzaron a lanzar sus hachas en el aire hacia nosotros, una de estas casi cae sobre Lena pero William lanzó su arma para desviar la primera, por eso ahora ya no tenía un arma con la cual amenazarnos lo que nos dejaba más tranquilos, pues aún no confiábamos del todo en él. 

—Princesa, ¿por cuánto tiempo vas a estar haciendo eso? No podemos avanzar por tu culpa. 

Pregunté intentando presionar, ella rió divertida avanzando hasta llegar a mi lado pasando un brazo sobre mis hombros colgándose de mí. 

—¿Por qué tienes tanta prisa cuando ni siquiera sabes a dónde vas? 

Preguntó divertida, William nos miró curioso. 

—¿No estamos yendo a ningún lugar? 

Preguntó, Lena rió divertida. 

—Nadie te dijo que nos siguieras. Sólo somos caminantes. 

Respondió divertida, él negó con la cabeza. 

—Tampoco sabes a dónde ir, no te quejes. 

Le respondí, se encogió de hombros. 

—Sé a dónde quiero ir, más no sé cómo llegar. 

Respondió, Lena lo miró curiosa. 

—¿Qué no es lo mismo? Después de todo no sabes que camino seguir. 

Se burló, él la miró molesto. Ya estaba molesto con ella por hacerle perder el hacha que le perteneció a su padre, pero ella respondió de la misma manera que ahora: “nadie te dijo que me defendieras”. 

—Ya que son caminantes y han estado en muchos lados, ¿han escuchado hablar de otra mansión? Muchas veces llegaban viajeros pensando que serían bien recibidos como en la otra mansión, eso mencionaban. 

Preguntó, Lena negó con la cabeza pero esta chica apenas y había salido del desierto. Sabía que Zarah había mencionado alguna vez una mansión donde recibían a los viajeros y demás, pero no estaba seguro. 

Además ir a preguntar a Zarah implicaba llevar a estos dos locos conmigo, aunque ni siquiera sabía si había vuelto a aventurar, o fue a la aldea o dónde estaba. Pero pensé en que probablemente su padre podría ayudarme. 

—Quizá pueda obtener información en cierto lugar, pero ambos están advertidos que sí causan problemas no dudaré en atravesar su cabeza con una flecha. 

Advertí, Lena asintió y William sólo se encogió de hombros. Desde ahí emprendimos el viaje hacia la aldea donde nací y crecí. 

Estábamos algo lejos, pero como en ningún momento nos detuvimos llegamos al anochecer. Al llegar me sorprendió que a pesar de ser el horario en que todos solían salir no había nadie fuera de sus casas. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora