Visita

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NARRA MIKI

Estaba sentada en mi habitación totalmente aburrida mientras comía una manzana. Daichi había salido a conseguir alimentos con Mindy y Cindy, a Dark lo había venido a buscar Carlos y Samara, al parecer iban a dar un paseo por el bosque o algo así. 

Me recosté mirando al techo recordando las palabras de aquella arquera. Finalmente esos arqueros problema se habían ido, ni siquiera entendía que estaban haciendo aquí si ellos eran los responsables de todo lo que sucedió en el refugio.

También habían dicho que Skellen ahora era libre y que también tendría derecho a usar su arco a placer. No entendía cómo podían haber dudado de ella cuando había demostrado que le importaba el bienestar de todos, incluso a costa de ella. 

Pensé que sería buen momento de hablar con ella, saber cómo se sentía. Me levanté con emoción y salí para tomar una de las tantas canastas que había en la cocina gracias a que Mindy siempre traía comida en ellas. 

Regresé a mi habitación con la canasta en mano escogiendo las mejores manzanas de mi colección, una vez que no cabía ni una más salí de la casa. Guiada por mi buen olfato llegué a una casa de dos pisos, parecía ser mucho mejor que donde estábamos Daichi y yo, pero tampoco es como si fuera a quedarme para siempre así que estaba bien. 

Llamé a la puerta, aquel chico de alborotado cabello y aspecto descuidado abrió a los pocos segundos. 

—Hey, ¿qué hay? Traigo esto para Skellen. 

Saludé a la vez que enseñaba la canasta, él me miró sorprendido. 

—¿Qué? ¿Quién te dijo que ella está aquí? 

Preguntó nervioso, sonreí encogiéndome de hombros. 

—Tengo un excelente olfato, ¿lo olvidas? 

Respondí señalando mi nariz, él me miró curioso. 

—¿Y cómo puedes reconocer el aroma de Skellen con tantos habitantes y demás olores? 

Preguntó, sonreí divertida. 

—Me sorprende que no sepas que el aroma de Skellen es inconfundible. ¿Entonces puedo pasar o tendré que arrancarte un brazo? 

Pregunté asustándolo, su expresión era indescriptible. 

—¿Qué tan difícil puede ser abrir la puerta? 

Preguntó Skellen acercándose, él sonrió nervioso sin quitarme la mirada de encima. 

—Ah, es que… Es Miki. 

Respondió, ella asintió al verme. Le sonreí amistosa. 

—Quería pasar a saludar y saber cómo estás. Traje algunas manzanas. 

Dije enseñando la canasta, ella sonrió leve. 

—Gracias, pasa. Llegas a tiempo para comer. 

Dijo amable, sonreí a la vez que pasaba al interior de la casa. 

—Gracias, muero de hambre. 

Dije mirando de reojo a Marcus quien sonrió nervioso y corrió a abrazarse a Skellen. 

—¿Qué sucede contigo? 

Lo regañó, él no respondió nada, sólo bajó la mirada apenado. 

—Entonces aquí están viviendo, es una hermosa casa. 

Adulé mientras los seguía hacia el comedor. 

—Es de Marcus. Puedes dejar aquí las manzanas, gracias. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora