Un Desayuno Y Otras Intenciones

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Escrito por Puppet_W

NARRA CARLOS

Llevaba horas trabajando sin parar con aquel polvo, tenía mucho pero la mayoría de mis artefactos no encendían o no lograban encender. Usaba siempre una pizca pero hoy utilizaría más de una pizca.

Samara estaba en casa, no me importaba ya. No he avanzado nada desde hace tiempo y es frustrante, dejé mis lentes en el área segura donde había dejado el horno y traté de hacer un tal pistón.

Eché mucho polvo, le puse una palanca, pero el dispositivo no encendía, me acerqué más para verlo pero en aquel momento explotó en mi cara mandándome hacia la pared, perdí el conocimiento.

Me levanté y estaba en la cama, Samara estaba a mi lado al igual que Dark, al verme despierto me abrazó.

—Pensé que no despertarías, estabas lleno de humo rojo. 

Me puse nervioso, vi las trampillas al lado de mi habitación abiertas, suspiré.

—No me dijiste que el polvo podía hacer eso...

Comentó un tanto con miedo.

—En realidad no te he dicho para que lo quería.

Ella me miró y sólo asintió.

—Por culpa de la zorra ahora estoy aquí, eso lo entiendes, pero si le cuentas a alguien de lo que estoy haciendo desapareceré del refugio y tal vez me convierta en una amenaza más grande que los arqueros.

Ella me miró incrédula, no creía en lo que estaba diciéndole, pero cuando supo que iba en serio solo me miró.

—Al fin y al cabo pienso crear cosas con lo que se muevan o lancen cosas con los pistones, pero... Explotó en mi cara y todo esto será para deshacerme de esa zorra y su perra.

Samara me vio, puso la misma cara que tenía el otro día y sólo salió de la habitación.

—Bueno Dark, más tarde hablaré con ella, se supone que hoy vendrían a visitarnos Daichi y Mindy

Dije mientras buscaba una poción en mi bolso.

Al tiempo la saqué y la dejé en un estante, cerré las trampillas y salí del cuarto. Samara estaba preparando la comida en la cocina, al sentarme tocaron la puerta, siempre que quiero relajarme tengo que hacer cosas. 

Abrí la puerta perezosamente y sin verlos me senté en una silla, Daichi hablaba con Dark y a veces se me quedaba mirando, tenía una actitud como si algo le molestara. Mindy y Samara hablaban entre ellas, no presté atención porque sé que debían ser cosas de chicas, fui a mi habitación y volví con un libro y la poción.

Mientras Mindy estaba distraída le pasé el libro y la poción a Daichi.

—No le digas a nadie, cuando llegues a casa lo tratas de leer y luego me cuentas con Dark que te pareció.

Dije rápidamente susurrándole, él se me quedó mirando extraño, pero luego me sonrió, al tiempo Samara había servido los platos de comida, pero no tenía ganas de socializar mucho y fui a comer a una esquina. En la mesa se escuchaban murmullos hasta que Daichi se me acercó.

—¿Qué es lo que contiene el frasco?

Me susurró comiendo la carne de su plato que también había traído.

—Mi mejor poción de curación, es para que sanes tus heridas.

Dije susurrándole mientras comía mi carne cocinada.

—No le digas a nadie sobre lo que está en el libro, sólo es para nosotros tres.

Le repetí silenciosamente, él sólo asintió terminando su porción de carne.

—Gracias por todo amigo. 

Dije mientras puse mi mano en su hombro, su cola se movía como la de Dark cuando está feliz. Asintió cambiando la malhumorada actitud, no pude evitarlo pero sonreí, ambas chicas se nos quedaron mirando por nuestra extraña actitud.

Tiempo más tarde se despidieron, Daichi y yo chocamos puños, era un saludo o despedida nuevo, después de fueron. Al tiempo después Samara se quiso ir pero la detuve agarrándola de un brazo.

—Está por amanecer Carlos, tengo que ir donde Zarah.

Me dijo preocupada mirando la ventana, ascendí mi cabeza.

—Pero hay problemas que necesitamos hablar, si es el caso puedes dormir en mi cama. Vamos al cuarto.

Le solté y ella me siguió, ambos nos sentamos en la cama, suspiré.

—Lo siento por no decirte lo que haría con el polvo y por no decirte cómo conseguí el que tenía abajo.

Le dije en modo de disculpa agarrándole la mano, ella me miró triste y me abrazó.

—A veces no tienes que hacer las cosas solo, puedes contar conmigo

Me dijo mientras apretaba un poco aquel abrazo, correspondí después de unos minutos.

—Hay cosas que sólo yo puedo hacer y por eso no quiero que estés involucrada en una pelea que ni siquiera te pertenece.

Dije un poco triste, ella era buena chica no debía salir lastimada de todo esto pero esa zorra me las pagaría.

—Carlos, te dije que viviría aventuras a tu lado y no importa cuales sean pero te acompañaré.

Me dijo, sentía como ella evitaba llorar para que no rompieramos el abrazo, luego de unos instantes nos separamos. La miré a los ojos y ella hacía lo mismo, sellamos esa noche de secretos con un dulce beso.

Luego de eso le expliqué porque hacía todo esto, mi sentido de venganza. Ella sólo me escuchó hasta quedarse dormida, la cubrí con la manta y me teletransporté al techo a ver el amanecer, era lindo es una lástima que ella no lo pueda ver.

En este refugio he hecho mucho gratis.

Ayudé a la chica malhumorada, peleé en contra esa cosa Whither, ayudé al niño a recuperar su memoria, sané al padre de Ender. 

Ni un agradecimiento ni nada, esa es otra razón por la que este lugar la pasará feo.

Todos aqui son unos malagradecidos, en este lugar la única que me agradeció por algo fue Mindy por lo de la entrada, en verdad se creen buenas personas pero ni siquiera saben agradecer lo que uno hace por ellos.

Comencé a pensar en mis viajes en los pueblos que fui recibido, las personas amables y los comerciantes chistosos, también a las chicas libreras que me ayudaron a aprender. Al final sólo estaba aquí encerrado como el villano que me clasifican casi todos en este sitio.

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora