Como En Los Viejos Tiempos

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NARRA ENDERSON

Estaba terminando de desayunar, no hacía mucho que me había levantado. Miré por la ventana, el sol estaba a punto de caer y debía ir a casa de Charlotte para relevar a Stevens. 

Ambos seguíamos cuidando del portal ya que Charlotte no regresaba aún. Ya habían pasado muchos días, pero no podíamos ir a buscarla. 

Incluso siguiendo la idea de Cooper sobre pedir ayuda a Zarah nos sería inútil, pues ella no podía ir y un mapa no nos sería de mucha ayuda en un sitio completamente desconocido para nosotros. 

Termine mi desayuno y recogí los platos, acomodé la cocina y salí de la casa. El refugio estaba muy tranquilo, normalmente así era en el día. 

Llegué a la casa sin encontrarme a nadie en el camino. Entré y fui directamente a la habitación donde estaba el portal. 

Entré sin hacer mucho ruido, a veces Stevens se quedaba dormido y si escuchaba un ruido que lo despertara se ponía en posición de ataque con su espada, era mejor despertarlo de una manera más tranquila. Sin embargo hoy no estaba dormido, estaba con Cooper y conversaban en voz baja. 

Parecían tener una charla interesante, pero lo que me llamó más la atención era que el pequeño no traía consigo a Pancho. Esperaba que no estuvieran planeado entrar al portal o hacer alguna otra tontería. 

—Buenas noches. 

Saludé llamando la atención de ambos, Cooper me miró nervioso y bajó la mirada al suelo. Stevens sonrió amigable. 

—Enderson, llegas temprano esta noche. 

Saludó, me encogí de hombros. Me acerqué sentándome frente a ellos. 

—¿Qué tanto conversaban?, ¿no me digan que ha pesar de lo que dijo Zarah siguen planeando entrar ahí? 

Pregunté, Stevens negó con la cabeza. 

—No, Cooper sólo me platicaba de lo insoportable que está Ender estos días. 

Respondió mirando al mencionado que al parecer no se iba a animar a hablar estando yo ahí. 

—Es normal, está nervioso y preocupado. Estará de mucho mejor humor cuando el bebé nazca. 

Aseguré, Stevens suspiró recargando la espalda en la pared y fijando la mirada al techo. Cooper lo miró con cierta preocupación. 

—Ah, qué coincidencia. Los cuatro juntos de nuevo, como en los viejos tiempos. 

Comentó Skeleton entrando a la habitación. Caminó hasta nosotros y se sentó a mi lado. 

—¿Qué haces aquí? 

Pregunté con curiosidad. Se encogió de hombros. 

—No sé, Samara me envió. Dijo que han pasado muchos días en que ustedes han estado cuidando el portal y quizá querrían descansar de esta aburrida tarea por un rato. 

Dijo, Stevens lo miró incrédulo. 

—¿Y tú vienes a remplazarnos?

Preguntó, Skeleton volvió a encogerse de hombros. Cooper nos miró a todos para después abrazar sus piernas recargando su barbilla en sus rodillas.

—No es como en los viejos tiempos. Y no lo volverá a ser. 

Comentó desanimado, los tres intercambiamos miradas. 

El portal comenzó a hacer un ruido diferente, nos levantamos asustados. 

Stevens y Skeleton se prepararon para atacar con sus armas en mano, yo tomé a Cooper y lo alejé del portal. Casi como si hubiera sido lanzada desde el otro lado salió Charlotte tropezando con el primer escalón y cayendo al suelo, por suerte Stevens y Skeleton la tomaron por ambos brazos antes de que su rostro impactara en uno de los escalones superiores. 

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