Buenos Momentos

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NARRA ERICKA

Ya habían pasado cinco días del nacimiento del pequeño niño, obviamente Ender no le iba a llamar de la misma manera que él había sido nombrado pero aún así el pequeño no llevaba un nombre. Cuppa se estaba recuperando muy bien gracias al cuidado de su hermano Cooper y su amiga Mindy.

Mindy y Cuppa estaban en el cuarto de baño, la más bajita había querido asearse y la de larga cabellera la cuidaba. Era rara la vez que no estuviera a su lado.

Cooper jugaba con las manitas y piernitas de bebé mientras Ender lo observaba sentado en una de las orillas de la cama.

—¿No quieres ir a dormir un poco? Cooper y yo cuidaremos del bebé.

Dije, él negó.

—No, estoy bien, no tengo sueño.

Respondió, Cooper lo miró fingiendo molestia.

—Puedes confiar en mí, no le haré nada ni dejaría que algo le pasara. No soy un niño.

Dijo, Ender asintió riendo leve.

—¿En serio? Porque juraría que eres bastante pequeño como para tener muchos años.

Se burló, el menor lo miró ofendido.

—No puedes medir la altura con los años, en ese caso serías demasiado viejo.

Respondió, Ender no pareció molestarse. Conviviendo a diario parecían llevarse mejor.

—Y tú demasiado joven.

Volvió a burlarse. Mindy y Cuppa regresaron a la habitación, ambos guardaron silencio enseguida.

—Con cuidado.

Mencionó Mindy a la vez que ayudaba a Cuppa a sentarse, ella rió nerviosa.

—Ya te dije que estoy bien, no tienes que cuidarme tanto. Los dos se están esforzando mucho pero estaremos bien, deberían descansar.

Dijo a ambos, Cooper negó con la cabeza.

—No, quiero estar siempre para ver como va creciendo.

Dijo el hermano menor, Ender negó con la cabeza.

—Si no has crecido en los años que tienes dudo que el bebé crezca en un dia que no vengas.

Se burló, Cuppa rió divertida.

—No los dejaremos solos, en especial cuando nadie más ha venido.

Dijo Mindy a modo de queja, Cuppa sonrió.

—Sabes que todos tienen actividades allá afuera, no puedes culparlos por ello.

Dijo amable, Mindy sólo bajó la mirada. Terminé de doblar y guardar la ropa que habían traído de regalo para el bebé en estos últimos días y me acerqué.

—Chicos, en serio no tienen que venir todos los días, ustedes también tienen a quien cuidar. Yo les ayudaré a cuidar del bebé, no es nada nuevo para mí.

Dije a la vez que acariciaba la cabeza de Ender quien cruzó los brazos fingiendo estar molesto.

—Cindy no necesita de mí, se la ha pasado con esa chica arquera.

Respondió Mindy algo celosa.

—Por cierto, no deberíamos siempre llamar al bebé sólo así, deberíamos ponerle un nombre.

Opinó Cooper, Ender lo miró asintiendo.

—Tienes razón, pero ¿deberíamos? ¿No me digas que quieres proponer un nombre? Porque no olvido que le pusiste Pancho a un pollo.

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora