¿Por Qué Ibas A Explotar?

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NARRA COOPER

Estaba aburrido acariciando a Pancho mientras ambos, sentados en el suelo, mirábamos a Cuppa y Ender conversar en voz baja. Al parecer él contaba que tuvo problemas en el End, y que su papá había sido insoportable de regreso, ella sonreí escuchándolo. 

¿Cómo podían pasar tanto tiempo hablando nada más? Me levanté llamando su atención, Cuppa sonrió con dulzura. 

—¿Sucede algo? 

Preguntó, negué con la cabeza. 

—Iré con Pancho a caminar, quizá encontremos algunas semillas regadas por el pasto. Regresaremos más tarde. 

Dije caminando hacia la puerta, antes de salir los miré. Habían ido a buscar a Ender porque el bebé de Cuppa podría llegar pronto, pero había alguien quien aún no estaba aquí. 

Salí con Pancho siguiéndome, ya sabía a dónde debía ir. Pancho se detuvo a medio camino y comenzó a reclamar que no era el camino. 

—Lo sé, pero debo hacer algo. Además, tengo unas semillas aquí. 

Dije mostrando un saquito de semillas que llevaba en los bolsillos de mis pantaloncillos, él aleteó emocionado comenzando a seguirme. 

Entramos a la gran casa, todo se veía tan y como era antes. Me daba algo de nostalgia, habíamos pasado tantas cosas aquí. 

En mi mente se vinieron recuerdos de Stevens dibujando sobre el sofá principal, Skeleton persiguiendo a Pancho y Enderson desde la cocina intentando calmarlos. También recordé cuando todos estuvimos contando anécdotas frente a la chimenea, recuerdo que justo en ese momento pensaba que nada podría salir mal, ha tenía a mi hermana conmigo y todos éramos amigos. 

Pancho llamó mi atención, sonreí limpiando las lágrimas que habían comenzado a escurrir por mis mejillas. 

—Lo siento, vamos. 

Dije avanzando hacia la puerta que estaba ubicada hasta el fondo de la casa. Aquella que en su momento ocultaba un gran secreto para nosotros, la misma que había ocultado los problemas que sucedería. 

Entré silenciosamente, Pancho tampoco hacía ruido. Caminamos por un pasillo largo hasta llegar a una pequeña escalera que comenzamos a bajar. 

Conforme avanzabamos se comenzaban a oír murmullos, además del característico sonido del portal. En los dos primeros escalones de hasta abajo estaban Enderson y Stevens conversando relajadamente. 

Me senté unos escalones más arriba, ellos aún no sabían que estábamos ahí. Le di a Pancho las semillas y esperé a que terminaran de conversar o me notaran.

—¿Entonces sigue creyendo que el bebé debe ser varón y en un futuro deberá ser el rey? 

Preguntó Enderson, Stevens se encogió de hombros. 

—Eso es lo que ha dicho Sooka, pero no estoy seguro. Se supone que ya no son la familia real. 

Respondió el castaño, Enderson asintió. 

—¿Ya has hablado con Cuppa?, ¿has ido a verla? 

Preguntó Enderson, el humano negó con la cabeza a la vez que suspiraba. 

—¿Y qué Ender me mate? No, prefiero mantenerme alejado. 

Respondió, volvió a suspirar. 

—Además debería comenzar a olvidarme de ella y a alejarme. 

Agregó, Enderson no dijo nada. Stevens sacó un par de manzanas, le ofreció una a Enderson quién la tomó enseguida haciendo un gesto de agradecimiento con la cabeza. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora