Nuevos amigos, Nuevos Enemigos

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Narcissa pasaba el cepillo suavemente por el cabello oscuro y brillante de su sobrina. Era hora de ir Hogwarts, un lugar en donde se quedaría por mucho tiempo y solo podría volver a verla hasta las navidades.

La niña no lo sabia, pero la mujer tenía miedo de lo que le llegará a pasar a Keyla y Draco en la escuela. Sabía, que cuando los dejara en el tren lloraría, porque en Hogwarts sueles encontrar personas que te acompañarán toda la vida y empezarás a forjar tu futuro.

Pero una persona entraría a la vida de Keyla ese año, y Narcissa temía por lo que pasará después.

- ¿Si no quedo en Slytherin, dejarán de quererme?

Keyla creció escuchando sobre Hogwarts. Su tío quería que estudiara ahí y a Draco lo quería mandar a Durmstrang, una escuela muy lejos de ella. Draco logro convencerlo para que estudiara en la misma escuela que su prima, pero sabía que la condición era que ambos pertenecieran a Slytherin.

Slytherin era la mejor opción, solo sangre pura entran ahí, personas con gran inteligencia y mejores que las demás en todo sentido. Eso era lo que su tío le repetía, no parecía tan mala opción, pero ¿que pasaría si termina en Gryffindor o Ravenclaw?.

Sería una desgracia para su familia, una inútil, inepta, tal y como dice Lucius. Se separaría de Draco aunque no quisiera, y tenía miedo de que su tía pensará igual que Lucius y no aceptará que estuviera en otra casa que no fuera la de las serpientes.

- Claro que te seguiremos queriendo, no importa dónde quedes. - La rubia termino de decorar el cabello de la niña con un listón negro - Tu madre y padre fueron de Gryffindor, pero los Black siempre solemos pertenecer a Slytherin.

La cabeza de Keyla formuló otra pregunta muy ajena a la conversación

- ¿Cómo eran mis padres? - Y es que la curiosidad que mantenía por quienes eran esas personas, que eran su familia directa, era demasiada para soportarla.

Saber de dónde viene.

Saber el porqué de su nombre.

Saber cómo era su madre.

Saber cómo pensaba su padre.

Narcissa estaba enterada de las entradas prohibidas de Keyla a la oficina de Lucius, y sabía que buscaba información sobre Sirius. Sabía que algún día la niña querría saber de dónde viene, pero aún así, no estaba preparada para responder.

Y es que ¿como le dices a una niña que llegó a la casa en plena guerra mágica? ¿Cómo le dices que su madre fue asesinada por El señor tenebroso? ¿Cómo responder algo de lo que ni ella misma estaba segura?. Keyla podía ser muy valiente, o muy buena actriz, pero seguía siendo una niña.

- Tu madre fue la mujer más buena que pude conocer, y tu padre es un buen hombre en el fondo - Lo simplifico lo más que pudo. No sería tan mala para decirle cosas malas sobre sus padres, nadie debería poner a un niño en contra de sus padres por más malos que sean.

- ¿Y por qué papá está en la cárcel?

Pero Keyla y Draco aprendieron a lidiar muy rápido con la realidad de la vida, y no eran ignorantes, sabían más de lo que aparentaban.

- Solo, cometió un error... - Sirius Black era un misterio para su familia. Jamás fue igual a ellos, era la oveja negra de la casa, el rebelde, pero si de algo estaba segura Narcissa era que Sirius Black estaba completamente en contra de Voldemort.

- Yo - susurro la niña agachando la mirada.

Las palabras de Lucius tenían poder sobre ella, un poder egoísta y manipulador. Pero tenía razón, si fue un error para su padre, no debía ser un error para el resto. Tenía que demostrar que era más que un error de Sirius Black.

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora