¡Feliz Cumpleaños!

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Keyla.

¿Por donde empezar contigo?

Tantos años juntas y aún se me dificulta hallar las palabras correctas al escribirte una carta.

¿Debo escribir todo lo que sueño sobre ti? ¿Todo lo que hemos vivido? ¿Todo lo que me fascina de ti?

Sí, creo que puedo hacer eso, pero ni se te ocurra tacharme de cursi cuando estés leyendo esto.

Así que, Cariño, esta es una lista de todo lo que amo de ti.

1. Keyla Odette Black Ambrose, amo tu nombre, cada parte que lo conforma es simplemente perfecto y compartir tu apellido fue de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Sé qué tal vez hubieras preferido llamarte de otra forma, sobre todo por tu segundo nombre.

Recuerdo la primera vez que escuché "Odette" de forma clara. Lucius te había llamado así apenas abriste la boca en la librería, tus ojos se llenaron de miedo, un miedo que hasta hoy en día conservas.

Era un día duro, pero no querías que Sirius y Rose notarán todo lo que estabas sintiendo. Solo estabas abrazando a Draco sobre la tumba de su madre, pero Lucius tuvo que hablar.

Te llamó Odette frente a todos, tal vez no de mala forma, pero pude notar el terror en tus ojos cuando él pidió hablar contigo.

Pero ese terror a tu nombre es contrastado con el amor a tu apellido. Mis suegros estarían orgullosos de ver el nivel y la importancia que su apellido a conseguido gracias a ti.

Dudo mucho que les importara si su apellido iba a estar enmarcado en el ministerio o si miles de estudiantes lo dicen día a día con respeto. Pero te aseguro Keyla, que ellos no podían estar más orgullosos de que su única hija sea feliz teniendo una nueva familia que lleva el apellido Black.

2. Amo tu don para la cocina. No sólo lo amo, le tengo envidia.

Cuando estás en Hogwarts no puedes hacer esas fantásticas cenas familiares que haces con tantas ganas, pero cuando estás en casa solo espero el momento en el que corras a la cocina a ensuciarte con harina.

Y sí, Keyla, sé que solo me pides que te "ayude" para no sentirme inútil o mal por no saber cocinar. Pero tú y yo sabemos que pelar una cebolla no es cocinar.

Odias que Kreacher cocine, no lo hace mal, pero insistes en que tú puedes hacerlo mejor.

Preparas siempre seis platos, uno para ti, para mí, para Rose, para Sirius, para Kreacher y uno extra por si Teddy u otra persona llega de imprevisto.

Y si nadie llega, la comida no se desperdicia, Sirius se parece a sus padrinos en que su apetito es insaciable.

Recuerdo aquel día, cuando ya pasadas las cuatro de la mañana, escuchamos ruidos de la cocina. Sonaba como un ratón rebuscando entre los armarios.

Sirius fue el primero en llegar a la cocina, tomó lo primero que vio y se lo lanzó a ese ratón antes de que nosotras pudiéramos llegar.

Tu ahijado era ese ratón.

Si... No lo dejaste ir a casa hasta que el chichón desapareciera por completo. No querías lidiar con un cuestionario de Remus y Tonks.

Hablando de Teddy...

3. Amo tus celos. Más bien, me parecen absurdos y divertidos.

No podía esperar menos de una serpiente sobreprotectora. Sabes que me se cuidar y por eso finges no estar celosa cuando tengo que ir a una misión con algún compañero de trabajo.

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora