Oh Lala, Señora Francesa.

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Después de que Keyla casi se muere por ver a su ídolo de cerca, Pansy la ayudo a caminar de vuelta al castillo. Todos los alumnos se dirigieron al comedor, algunos detrás de Krum buscando cualquier cosa para que les de su autógrafo.

Keyla sabía que no debía parecer desesperada, entre más misteriosa mejor. Debía haber alguna forma de llamar su atención sin parecer una fan loca.

Pero cuando los chicos de Durmstrang se sentaron en la mesa de Slytherin, se le olvidó todo lo que había pensado hasta ahora.

- Voy a morir - anuncio a sus amigos cuando vio a un chico de Durmstrang cerca suyo, y Krum cerca a Draco. Pansy miro divertida a su amiga, muy pocas veces la veía realmente emocionada por algo.

Recuerda cuando la vio por primera en el tren de Hogwarts, en ese instante había pensado que Keyla iría a Gryffindor, aunque jamás se lo dijo. Cuando se presentó para las pruebas del equipo y en su primer partido. Cuando le dijo que su padre era inocente, la noche después de salvarlo. Cuando la vio en las finales de Quidditch y por supuesto, Cuando se fue con Granger en vez de a la mansión... Y la saeta de fuego que ama más que a ella misma. Esas veces se podía ver la verdadera alegría y emoción, pero ahora, teniendo a Krum de frente, parece que en realidad va a morir.

- Disculpe - Keyla dejo de mirar a Krum cuando el chico que tenía al lado le hablo - Un gusto "Señorrita", soy Jàkob Tibor - Keyla le sonrió y estiró su mano para saludarlo. El muchacho de cabello negro, que apenas salía de su cabeza, tomo su mano y beso el lomo de esta.

- Keyla Black - Se presento Keyla, alejando su mano lentamente. Sus amigos miraron al muchacho amenazante. Keyla miro al chico y después a Krum, que observaba en silencio - Un placer, soy Keyla - Dijo y estiró su mano hacía Krum. Él la tomo y sujeto amigable.

Draco miro a Theo, Blaise y Pansy, que parecían igual de confundidos por la repentina actitud de amabilidad de Keyla.

Ron, que al principio estaba embobado por la belleza de una chica de Beauxbatons, llamada Fleur Delacour, se fijó en la mesa de Slytherin dónde Keyla le sonreía a Viktor Krum.

- Keyla no pierde el tiempo - dijo sonriente. Sus dos amigos miraron en la misma dirección.

Hermione se quedó un rato mirándolos, Keyla tenía una gran sonrisa de oreja a oreja.

- Ha llegado el momento - anunció Dumbledore, sonriendo a la multitud. Keyla le sonrió por última vez a los dos chicos de Durmstrang y miro al director - El Torneo de los tres magos va a dar comienzo. Me gustaría pronunciar unas palabras para explicar algunas cosas antes de que traigan el cofre. sólo para aclarar en qué consiste el procedimiento que vamos a seguir. Pero antes, para aquellos que no los conozcan, permitanme presentarles al señor Bartemius Crouch, director del Departamento de Cooperación Mágica Internacional y al señor Ludo Bagman, director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.

Keyla aplaudió sin prestar tanta atención. No podía prestarle atención si tenía a Viktor Krum justo en sus narices.

- Los señores Bagman y Crouch han trabajado sin descanso durante los últimos meses en los preparativos del Torneo de los tres magos - continuó Dumbledore - y estarán conmigo, con el profesor Karkarov y con Madame Maxime en el tribunal que juzgará los esfuerzos de los campeones.

Filch acercó un cofre hacia Dumbledore. El director saco de él, un cáliz de considerable tamaño y con llamas azuladas en los bordes.

- Todo el que quiera proponerse para campeón tiene que escribir su
nombre y el de su colegio en un trozo de pergamino con letra bien clara, y echarlo al cáliz - explicó Dumbledore - Los aspirantes a campeones disponen de veinticuatro horas para hacerlo. Mañana, festividad de Halloween, por la noche, el cáliz nos devolverá los nombres de los tres campeones a los que haya considerado más dignos de representar a sus colegios. Esta misma noche el cáliz quedará expuesto en el vestíbulo, accesible a todos aquellos que
quieran competir. Para asegurarme de que ningún estudiante menor de edad sucumbe a la tentación - prosiguió Dumbledore - trazaré una raya de edad alrededor del cáliz de fuego una vez que lo hayamos colocado en el vestíbulo. No podrá cruzar la línea nadie que no haya cumplido los diecisiete años. Por último, quiero recalcar a todos los que estén pensando en competir
que hay que meditar muy bien antes de entrar en el Torneo. Cuando el cáliz de fuego haya seleccionado a un campeón, él o ella estarán obligados a continuar
en el Torneo hasta el final. Al echar su nombre en el cáliz de fuego estan firmando un contrato mágico de tipo vinculante. Una vez convertido en campeón, nadie puede arrepentirse. Así que deben estar muy seguros antes de ofrecer su candidatura. Y ahora me parece que ya es hora de ir a la cama. Buenas noches a todos.

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora