Keyla miro la casa un poco extrañada. Cuando piensas en la gran casa Black, en lo que significa tener ese apellido, tener dos de los apellidos de la lista de los sagrados veintinueve, esperas que la casa en donde los Black han vivido sea una mansión más grande que Londres y tan antigua como el apellido.
No una escondida en un conjunto de casas Muggles. Tal vez en su época, fue muy bonita y elegante.
Camino hasta la puerta, la pintura negra estaba desgastada, al igual que la madera. No tenía cerrojo o algo para abrirla, y el tirador de la puerta tenía forma de serpiente.
Bueno, ya sabía a qué casa apoyaba su familia.
- ¿Como entro? - Pregunto Keyla tocando la serpiente. Remus tocó la puerta con su varita y ésta se abrió. - Gracias - Murmuro.
Keyla entro a la casa, mientras Sirius murmuraba cosas que hacían reír a Remus.
El recibidor era más grande de lo que esperaba, todo estaba completamente oscuro y fue Sirius quien se encargó de encender la lámpara de araña que le daba una leve iluminación.
Olía a polvo y olvidó. Parecía una casa abandonada, y por la expresión de su padre, él esperaba que siguiera abandonada por mucho más tiempo.
- Aquí podría vivir Dorian Gray - Murmuro Keyla mirando los retratos con el marco desgastado.
- ¿Quien? - le pregunto Sirius a Remus.
- No deberías leer libros como esos - Habló Remus pero Keyla levantó los hombros.
- ¿Alguien más vive aquí? - Pregunto Keyla mirando a su padre. Sirius levantó los hombros, puso dos dedos en su boca y silbo.
Un elfo apareció frente a él, con una gran mueca de desagrado hacia su padre. Su piel era clara, sus ojos azules y el poco cabello que asomaba por sus orejas era blanco.
- Keyla, él es Kreacher, el elfo doméstico de la familia - Presentó Sirius con la misma mueca de desagrado. - Elfo, ella es mi hija, tu futura ama.
El elfo la miraba con el mismo desagrado con el que miraba a su padre, hasta que se fijó en la bufanda que traía. La bufanda con los colores y escudo de Slytherin.
- Limpia la habitación de la señorita Ambrose, Keyla dormirá ahí - Ordenó Sirius.
- ¿La señorita desea algo? - La voz del elfo era algo rasposa, no la podía comparar con Dobby o Winky.
- Estoy bien, muchas gracias - Respondió ella y el elfo desapareció. - ¿La habitación de la señorita Ambrose? ¿Mi madre dormía aquí?
- Si, tiene su propia habitación aquí... Mis padres eran unos maniáticos - Sirius abrió la puerta más cercana. - Aquí, la utilizaremos de sala de reuniones.
- ¿Reuniones? ¿De que? ¿Familiares?
- Es algo que te explicaré después, primero quisiera mostrarte la casa...
- ¿Estás seguro, Sirius?
- Si, Remus, ya lo decidí, y necesitaré tu ayuda para explicarle - pidió Sirius. Remus trato de parecer neutral, pero se notaba el desagrado a lo que sea que se referían. - Y trata de no hacer mucho ruido en el vestíbulo, no querrás despertar a Satanás.
- ¿Quien? - le pregunto Keyla a Remus.
- Tu abuela, la madre de Sirius - explico el hombre en voz baja. Ella asintió sin entender muy bien porque no deberia despertar a su abuela ni porque su padre parece odiarla. - Vamos a tu habitación, Kreacher ya debía haber terminado.
Keyla asintio, mientras caminaba a las escaleras por donde su padre y Remus subían, se fijó en unas cortinas de terciopelo que cubrían probablemente una puerta. Movió un poco las cortinas pero sin llegar a ver lo que estaba detrás.
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¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)
FanfictionGryffindor y Slytherin Sangre Sucia y Sangre Pura Granger y Black. Se tendrán que soportar durante años si quieren un final feliz. Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling a excepción de Keyla y su familia materna, que son creación mía