Los mejores regalos de navidad

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Harry y Keyla estaban asomados en la ventana de la torre del reloj. Se solían ver ahí para entregarse el mapa del merodeador sin que nadie se enterara. Está vez era algo diferente, cada uno tenía una botella con cerveza de mantequilla mientras miraban la luna.

- Algunas veces detesto mi vida - confeso Harry y Keyla asintió entendiendolo.

La razón principal de que ambos estuvieran ahí, fue la gran pelea después del partido.

Por si no saben a qué se refieren... Sucede que el grupo de Daphne, tanto chicos como chicas, empezaron a insultar a los jugadores de Gryffindor, a Hermione, a Keyla y a todo Gryffindor en general.

Gritando a los cuatro vientos la traición de Keyla al preferir apoyarlos a ellos que a su propio equipo; insultar a Hermione diciendo que solo era un pasatiempo para la anterior reina de Slytherin; insinuar que los gemelos tienen una aventura con Keyla; decir que Molly era un cerda gorda y fea frente a sus hijos; Que los Weasley jamás tendrían la mitad de dinero que Daphne poseia; recordar que Harry no tiene padres; tratar a Gryffindor como una completa porquería y bueno muchas cosas más que tienen que ver con lo anterior.

Cómo la vida los odia, Keyla sabía que era mejor no pelear con Greengrass en un lugar donde los maestros llegarían en cualquier momento, sin embargo, tanto los gemelos como Harry ignoraron sus advertencias y lanzaron los primeros golpes al grupo de Serpientes.

La oportuna maestra Umbridge llegó justo cuando Gryffindor se defendía, y como ahora prefería notablemente a Slytherin, castigo a Harry y los gemelos expulsandolos del resto de partidos de forma permanente. No le dijo nada a Keyla solo porque estaba regresando al castillo junto a Hermione.

Ahora, los dos jugadores más codiciados de sus respectivas casas no podían jugar por culpa de la misma maestra. Harry estaba enojado tanto con Umbridge como Mcgonagall, ya que está última fue quien tuvo la última palabra sobre la pelea y como castigo los expulsó del equipo.

Potter y Black seguían en esa ventana, bebiendo y hablando sobre que hicieron para merecer a Umbridge como maestra. También hablaban de sus respectivas parejas, y cuando ya era muy tarde en la noche empezaron a hablar del E.D y del queridísimo pelón que los persigue.

- ¿Estamos haciendo lo correcto? - pregunto Keyla sentandose en el borde de la ventana, dándole la espalda al bosque.

- Eso creo - respondió Harry dándole un sorbo a su bebida - ¿Por qué lo preguntas?

- Es que... Esto es rebelión, eso de ir contra los maestro y el ministerio les podía valer caro a ellos - Reconoció Keyla - Nosotros ya estamos muertos, pero siento que los estamos arrastrando a ellos a la muerte.

- Sirius parece orgulloso de lo que hacemos.

- Porque estamos haciendo lo que él haría - respondió Keyla.

- ¿Crees que vea un reflejo suyo y de mi padre en nosotros? - Cuestiono Harry recordando la discusión de Molly y Sirius en Grimmauld Place.

- Físicamente, tu eres muy parecido a tu padre y yo muy parecido al mío, además de eso... Creo que sueña con volver a sus años de gran amistad con James Potter y piensa que tú y yo tenemos esa amistad.

Los dos se quedaron con la mirada perdida pensando en sus respectivos padres. Keyla sabia que su padre seguía lidiando con todo lo que pasó, casi como ella lidia todos los días con la muerte de Cedric que ni siquiera era un amigos cercano.

- ¿Te puedo contar un secreto? - pregunto Harry con suavidad y Keyla lo miro por primera vez desde que empezaron con a decir sus pensamientos en voz alta. - A veces tengo pesadillas en dónde Draco muere por mi culpa.

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora