Las sirenitas, versión Harry Potter

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Eran las dos de la mañana, para esa hora los prefectos ya debieron haber terminado sus recorridos y los pasillos debían estar vacíos. Se puso un abrigo completamente negro, hizo un hechizo expansor en su bolso y guardo el huevo ahí.

- Suerte - Deseo Pansy que estaba en su cama con los ojos pesados por el sueño. Keyla le beso la mejilla y salió de la sala común con su varita en alto y el mapa del merodeador.

Le había pedido a Harry con gran afán que le diera el mapa antes de tiempo, para asegurarse de no ser atrapada por nadie. Bendito sea Su padre, Remus y el padre de Harry por crear ese mapa. A Colagusano no lo bendecía, ¿Para que?

Llegó al baño de prefectos, dijo la contraseña y después de asegurarse de que no había nadie cerca, entro.

- Jo- Der - murmuro Keyla viendo el hermoso baño.

Estaba suavemente iluminado por una espléndida araña llena denvelas, y todo era de mármol blanco, incluyendo lo que parecía una piscina vacía de forma rectangular, en el centro de la habitación. Por los bordes de la piscina había unos cien grifos de oro, cada uno de los cuales tenía en la llave una joya de diferente color. Había asimismo un trampolín, y de las ventanas colgaban largas cortinas de lino blanco. En un rincón vio un montón de toallas blancas muy mullidas, y en la pared un único cuadro con marco dorado que representaba una sirena rubia sobre una roca; el largo pelo, que le caía sobre el rostro, se agitaba cada vez que resoplaba.

Ahora ya entendía porque los de quinto tenían la obsesión de llegar a ser prefectos al año siguiente. Si ella pudiera, pasaría toda su vida ahí sumergida entre Miles de burbujas.

Abrió un par de llaves y espero a que la piscina se llenará mientras se quitaba la ropa, cuando el agua estaba lleno de burbujas, entro y se deslizó.

Si sus amigos llegaban a ser prefectos les pediría ir a este baño al menos una vez al mes. O Hermione, ella tenía toda la cara de ser prefecta en un futuro... Debió haberla invitado a venir con ella, pero era muy tarde y no se atrevía a mantenerla despierta a esa hora.

Tomo el huevo y lo abrió, esperando que el baño tuviera algo mágico que lo hiciera hablar. Pero lo cerro cuando volvió a escuchar el chillido.

- Deberías meterlo al agua, fue lo que el chico Diggory hizo. - Keyla miro a la dirección de dónde venía la voz y se encontró con la fantasma del baño de chicas: Myrtle. - Hola, Keyla.

- Myrtle - saludo Black - Hace mucho no te veo. ¿Que haces por aquí?

- Solo daba un paseo. Después de que alguien me dijo que no era inútil, no me atrevo a estar mucho en el baño y pasear me relaja. - Keyla sonrió.

- ¿Espiabas a Cedric? - Pregunto metiendo el huevo en el agua.

- Solo pasaba por casualidad cuando lo ví. - Keyla abrió el huevo y está vez no grito, pero no podía escuchar nada. - Tu también tienes que meter la cabeza.

Keyla asintió, tomo una bocanada de aire y lo mantuvo para ir bajo el agua. Escucho lo que parecía ser una voz cantando. Y a diferencia del chillido, la voz si era soportable.

"Donde nuestras voces suenan ven a buscarnos, que en la tierra no se oyen nuestros cantos y estas palabras medita mientras tanto pues son importantes no sabes cuanto.

Nos hemos llevado lo que más valoras y para encontrarlo tienes una hora, pasado este tiempo negras perspectivas, demasiado tarde ya no habrá salida."

Salió de un salto del agua y quitó sus mechones de cabello de su cara. Medito un rato las palabras y se hundió otra vez para poder memorizar la canción, mientras que Myrtle y la sirena del cuadro la miraban expectantes.

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora