Draco no entiende chistes.

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En la Mansión Malfoy no solían respetar a los empleados. Eso era una verdad interna que arruinaría la imagen de los Malfoy si se llegará a saber.

Keyla no era una Malfoy, y aunque para ella fuera una deshonra, para el pequeño Elfo de la mansión representaba una inmensa alegría.

Black estaba en su habitación leyendo los materiales que necesitaría para empezar en la escuela su segundo grado. Se imaginaba luchando varita contra varita contra Voldemort, ganando los partidos de Quidditch, y siendo la mejor de su curso por segundo año consecutivo.

No había hecho nada más que imaginar sobre su llegada a Hogwarts. Eso era un completo error para su tío, pero era su salvación.

- Dobby pide permiso para entrar a la habitación de la señorita Keyla - Keyla bajo su libro y miro la puerta, era muy temprano y Dobby no debería estar ahí tan temprano. Igual lo dejo pasar, y el elfo apareció con una bandeja con un pastel verde y marrón - Dobby le trajo a la señorita Keyla un pastel por su cumpleaños, Dobby sabe que es muy tarde pero Dobby no había tenido tiempo antes.

Keyla se arrodilló en su cama para poder observar el pequeño pastel, con el glaseado verde que parecía derretido, y varias partes más oscuras del bizcocho que estaban quemadas.

Keyla no tuvo una tarta de cumpleaños, de hecho ni siquiera una fiesta o un gran regalo de parte de su tía. Estaba muy ocupada pensando en exámenes y piedras filosofales como para preocuparse por ella misma y su nada importante cumpleaños. Pero Dobby había hecho un gran esfuerzo como para hacer un pastel sin que su familia lo vea, aún teniendo mil labores que hacer.

- Que lindo eres, Dobby - Keyla probó el glaseado con el dedo, sabía a limón muy dulce - Delicioso

Keyla le sonrió a Elfo e incluso lo ayudo a subir a su cama. Dobby traía un plato y una cuchara, Keyla tomo esos utensilios y partió un trozo de pastel para el elfo.

- Dobby no puede aceptarlo, Dobby solo quiere que la señorita Keyla coma feliz y tranquila - Habló el Elfo con dulzura en sus palabras, Dobby pasaba de ser el Elfo temeroso que Lucius amaestro a ser un amigo más para Keyla - Dobby a Sido un elfo muy malo, señorita Keyla. Dobby no merece compartir comida con alguien tan bondadoso como usted.

- Keyla será feliz si Dobby come un poco de pastel con ella - Habló Keyla con voz muy suave y alegre, imitando la forma en como Dobby acostumbraba a hablar en tercera persona - No eres un elfo malo, Dobby y yo no soy la persona más bondadosa del mundo.

- La señorita Keyla se menosprecia por culpa de Dobby - Dobby tomo un libro de la mesa de noche de Keyla y empezó a golpearse - Dobby ha hecho cosas malas, cosas muy malas. Dobby a evitado que la señorita Keyla hablé con sus amigos.

Keyla salto de su cama para tomar al Elfo y separarlo de aquel pesado libro. Lo miro confundida reclamando explicaciones ante lo último dicho.

- ¿Mis amigos? ¿Que te obligaron hacer está vez Dobby?

Dobby soltó un chillido y empezó a halar sus orejas desesperado. Keyla tuvo que pararlo nuevamente, alejando sus manos de sus orejas.

- ¡Dobby!

Keyla suspiro enojada al escuchar la voz de su tío reclamando la presencia del Elfo.

- Dobby lo siente - se disculpó bajando de la cama.

- Keyla guardará un poco de pastel para Dobby - Aseguro ella al Elfo - Keyla lo promete.

Dobby le dió una sonrisa tímida y salió de la habitación para ir con su amo.

El pastel no era muy grande, lo acabo en menos de treinta minutos. Trato de comerse las partes quemadas y dejar una porción completamente limpia y bien cocinada para que Dobby comiera cuando tuviera que ir a limpiar su habitación.

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora