Que Linda Cueva

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Jamas pensó que atacar a Ginevra Weasley fuera tan fácil. Theo la mantenía distraída y Keyla podía tomar un cabello muy rápido.

El problema es que Theo siempre la paraba en lugares a la vista de Ron, Granger y Potter. Ninguno de esos tres se podían enterar de que trataba de convertirse en Ginevra. Ron era su hermano, Harry... El no importaba, pero Hermione sabía que tenía la poción, ella no podía saber que la había utilizado para entrar a la sala común de Gryffindor.

- Aún no entiendo porque quieres que hable con ese niña todo el tiempo - Habló Theo caminando junto a Keyla.

- Porque te hace falta una novia - Respondió lo primero que se le ocurrió.

- ¡Pues tú se mi novia! No tengo que estar relacionado con los Weasley, por el amor a Salazar - Respondió Theo sin entender porque debía hablar con Ginny.

- ¡Solo hazlo! Necesitas más amigos que no seamos nosotros.

- Pero no puedo hablarle todos los días, ¿Cómo se supone que se fije en mi si no la dejo respirar?

- ¿Enserio te gusta? - pregunto Keyla cuando la vio salir del salón de pociones.

- Claro que no, apenas la conozco... - Theo no pudo seguir hablando pues Keyla lo empujó sobre la pelirroja - ¡Ginny!

Keyla sonrió con malicia y se acercó con cuidado por detrás de la pelirroja. Arranco rápidamente un cabello y después fingió que se caía sobre ella.

- Lo sien... Ah tú no importas - Ginny la miro mal por el golpe que le había dado, pero no tardó en volver a fijarse en Theo.

Keyla se fue corriendo y echo el cabello de Ginny en la poción multijugos. Era muy arriesgado ir ahora, pero no podía esperar más tiempo. Llegó al tercer piso y se encerró en su guarida secreta, no tan secreta.

La poción tomo un color naranja muy extraño, como si estuviera mezclado con amarillo. No se veía apetecible para nada, pero eso no era lo importante.

Tenía que recuperar su diario, y rápido.

Bebió la poción con asco, su cabello empezó a tomar un color naranja rojizo, su ropa se agrando un poco y su piel parecía ser un poco más rosa, sus brazos estaban libres de todo golpe o rasguño. No podía verse en un espejo, ya que aún no había reemplazado el antiguo, pero podía asegurar que se veía horrible.

Busco en un rincón su túnica completamente negra, sin el escudo de Slytherin o algún color verde que la delatara. Se cubrió muy bien y salio de la sala.

Llegó corriendo a la sala común de Gryffindor, encontrandose con la dama gorda.

- ¿Querida, no deberías estar en clase?

¿Y usted qué le importa?

Pero no podía decir eso, no tenía que actuar como Keyla. Pero jamás se fijó en Ginevra ¿Cómo se supone que debía actuar?

- Si, es que olvide mi libro y vine a buscarlo rápido - Trato de Hacer su voz más chillona y se movía de lado a lado con cuidado de que su túnica no se abriera.

- De acuerdo ¿Contraseña? - Dijo la contraseña que escucho de Hermione el día anterior. El cuadro se abrió y por primera vez entro a la sala común de Gryffindor.

Keyla, o más bien Ginny, no estaba acostumbrada a tanto rojo en su lugar de descanso. No había nadie en la sala ya que todos estaban en clase, ella también debería estarlo pero Flitwick no se molestaría si faltaba una vez.

En Slytherin, la mujeres duermen a la izquierda y las habitaciones de los hombres estaban a la derecha. Pensaba que todas las salas comunes eran iguales en ese aspecto. Subió por las escaleras de lado derecho y abrió la primera habitación.

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora