Hermione sabía exactamente a dónde ir, y por eso fue que ella decidió ir por Keyla antes que los demás.
Si sabía algo de Black, era que no le gustaba que la vieran en un momento de debilidad, por más mínimo que sea. Entendía porque salió corriendo después de sentirse humillada y dolida por su padre en forma de Boggart.
Llegó a esa sala con pupitres y sillas viejas, dónde una pequeña sombra sollozaba en una esquina. Trataba de sentirse segura cada vez que debía enfrentar a Black, pero cuando ella se ponía así, era muy difícil no sentir un nudo en la garganta.
Lo supo cuando vio los golpes en sus brazos, lo supo cuando dejaba de comer, lo supo cuando la vio llorando mientras abrazaba un elfo, y lo supo hace un momento, cuando Keyla estaba apunto de caer en medio del salón. Supo que Keyla, la que sonreía y respondía segura en clases, no era ni parecida a la verdadera Keyla.
Se acercó con cuidado temiendo que Black le gritara un montón de cosas con tal alejarla. Se había sentado a su lado y Keyla no parecía tener intención de alejarla.
- Hermione... - La nombrada la miro, colocando una mano sobre su hombro - ¿Que se siente tener padres que te quieran?
La pregunta parecía tan casual que rompió el corazón de Hermione. Keyla la miro, con los ojos inundados en lágrimas, esperando la respuesta de una pregunta que la persigue desde unos años atrás.
Hermione no supo cómo responder, sentía que todo lo que dijera era una bofetada para Keyla. Respiro profundamente y la rodeo con sus brazos, tratando de callar su llanto y llenar el vacío de sus palabras.
Keyla se quedó plasmada contra Hermione, oliendo su aroma a fresas y sintiendo su cabello rozándole la nariz y la frente. Lentamente subió sus brazos y cuando tenía a Hermione rodeada, la abrazo con fuerza, mojando su túnica de lágrimas.
- ¿Quieres hablar? - Murmuro Hermione.
Keyla negó con la cabeza y se hundió más en el cuello de Hermione negándose a soltar su apoyo. Hermione creía que lo mejor para Keyla era hablar, pero le bastaba con que está vez, lloraba frente a ella como si en serio la necesitará.
Y Keyla en serio la necesitaba, más de lo que ambas podían saber en ese momento.
- Deberías estar en clase - Habló Keyla después de un par de minutos sin soltar a Hermione.
- Solo yo sé que te escondes en este lugar - respondió Hermione - después hablaré con el maestro Lupin para que no me reste puntos por salir a mitad de la clase.
- Si... Es buena idea - Keyla se separó del abrazo y se quedó sentada frente a Hermione mirándola fijamente - Lo siento, por molestarte.
- No me molestas Keyla - Black se perdió en ese momento - ¿Alguien... Te ha dicho que molestas?
- No exactamente esas palabras - Keyla suspiro y tuvo un dilema mental sobre decirle o no a Hermione todo.
Ya había llorado frente a ella, Hermione ya había visto sus brazos, Hermione... Ella ya lo sabía, pero no se lo decía por respeto.
- Más bien... Una basura, una inútil, un asco, un desperdició, una decepción, un error... - Miro a otro lugar para no tener que ver la mirada marrón de Hermione juzgandola - esas cosas...
- ¿Es Lucius? - pregunto Hermione. Keyla abrió la boca para responder, pero como si hubiera recordado algo horrible empezó a llorar nuevamente.
- Sabes tu... No deberías preocuparte por esto. Soy solo yo y mis estupideces - Keyla se seco los ojos con sus manos y se tapo la cara.
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¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)
FanfictionGryffindor y Slytherin Sangre Sucia y Sangre Pura Granger y Black. Se tendrán que soportar durante años si quieren un final feliz. Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling a excepción de Keyla y su familia materna, que son creación mía