Un lindo perrito

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A la mañana siguiente toda la sala común de Slytherin fue decorada con banderas del equipo de Quidditch, y todos los estudiantes estaban listos para a apoyar al equipo.

- ¿No piensas ir? - Pregunto Pansy, ella ya estaba vestida con una chaqueta negra y una blusa verde además de la bufanda de Slytherin. Keyla estaba en su cama, con las cobijas hasta el cuello.

- Si matan a Potter, me enteraré igual - Habló acomodándose boca arriba en la cama.

Pansy torció la boca.

- Bien, pero si estás enferma puedo quedarme contigo

- No, no, no - Keyla movió la cabeza negándose - Tu quieres ver el juego y yo solo estoy cansada, no importa.

- ¿Segura? - pregunto Pansy no tan confiada.

- Segura.

Pansy la miro un rato mientras salía de la habitación. Llegó a la sala común cuando todos aplaudían a los jugadores que estaban saliendo.

- ¿Y Keyla? - pregunto Draco cuando vio a Pansy bajar sola.

- Está cansada, no quiere ir - Draco se cruzó de brazos e intento subir las escaleras de las chicas. Al momento de llegar al cuarto escalón, se resbaló gracias el hechizo que evita que los niños vayan a las habitaciones de las niñas.

- Cálmate, Draco. Es normal que este cansada después de enfrentarse a un Troll - Habló Nott después de ver al rubio caer de narices al suelo.

Draco no creia esa excusa. Keyla era la mayor fan de Quidditch incluso antes de entrar a Hogwarts, y era imposible que Potter se lo arruinara. Salió de la sala común después del resto, asegurando que volvería antes para ver a Keyla.

Black se quedó un rato mirando el techo de su habitación, esperando a que los gritos y aplausos de la sala común cesaran. Era estúpido perderse el partido de su equipo por no querer ver a ningún Gryffindor, pero ella también lo era así que no importaba.

Se acercó a la túnica que colgaba en la parte de los pies de la cama, confundiendose con las cortinas negras. Hundió su mano en el bolsillo para buscar el trozo de pergamino con la aquella frase del espejo de su padre.

La había guardado durante mucho tiempo para no tener que dar explicaciones sobre lo que era, pero todos, incluyendo a los maestros, estarían viendo el partido de las dos casas con mas rivalidad en la historia.

Se puso su túnica y se cubrió lo más que pudo para que, si la veían, no la reconocieran tan rápido. Podía llevarse un castigo por andar merodeando por el castillo mientras todos están en la cancha.

Subió al tercer piso para ir a su guarida y tratar de investigar más sobre el espejo, después iría a la biblioteca para buscar sobre lo que era en realidad.

Sonrió al ver a su padre en el espejo.

Por un momento pensó que el espejo tendría alguna conexión con Azkaban, y que por eso podía ver a su padre. Descarto esa idea cuando, después de que Ron le mostrará la foto de su madre, empezó a verla a ella también.

Así que no podía ser una conexión con Azkaban, ya que su madre estaba muerta. Debía ser algo más, algo que no conocía.

Trato de no distraerse con sus padres y empezó a tocar y ver el espejo más de cerca. No había nada que lo diferenciará de un espejo normal, solo la descripción que hasta ahora, no sabía lo que significaba.

Unos maullidos la alertaron, podía reconocer el maullido de la señora Norris aunque no la viera. Esa gata era el mayor de sus problemas cuando venía ahí en la noche.

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora