Era extraño ese momento, ese sentimiento, esas palabras, ese exacto segundo le era difícil de entender.
Dumbledore los había llevado a su oficina, primero a Harry y después a ella, hasta ese momento, todo llegó a la cabeza de Keyla como balas de un arma Muggle. Trataba de entender que carajo había pasado hace unos minutos cuando tuvo a Voldemort de frente.
Al ver a Lucius... ¿Que se supone que haría? No podía dejar que Draco regresara a la Mansión, sería como enviarlo a su muerte. Lo mismo con Theo, Blaise y Pansy. Eran sus amigos, pero sus padres eran otro tema muy diferente.
Tal vez podía hacer sus planes del año pasado, escapar a Hogsmeade, empezar a trabajar y vivir lejos de todo este drama. Podía convencer a sus amigos, los podía alejar de los mortifagos. Ella tampoco sabía que hacer ese verano, y ese plan era el único que se le ocurría.
Si iba con Hermione, no dudaba en que alguien le diría a Voldemort dónde se encontraba y no podía arriesgarla. Los Weasley ya debían estar al tanto de la situación, pero si llevaba a sus amigos con ellos, llamarían mucho la atención. Si volvía a la Mansión para cuidar a Draco... Alguien terminaría muerto.
Si tuviera más familia, algún tío lejano, abuelos. A su tía Andrómeda no la conoce, pero ojala lo hiciera. ¿Y si buscaba a Lupin? Theo estaría encantado.
- ¿Que es lo que llena tu cabeza, Keyla? - Black dejo de pensar para mirar a Dumbledore.
- En escapar a España este verano y no volver jamás - Habló Keyla y Dumbledore le mostró un pequeña sonrisa.
- Si, me gustaría volver a tener esas aventuras, pero tengo una razón para estar aquí y no puedo irme. - Keyla tomo un dulce de limón - Pero no me gustaría que abandonaras tus estudios en la mitad, y estoy seguro de algunas personas te echarían de menos.
- No lo sé, no me gustaría dejar a mis amigos aquí, pero yo tampoco quiero quedarme.
- ¿Y no te ibas a despedir? - Keyla frunció el seño cuando escucho la voz de Sirius detrás suya. Se giro y efectivamente, ahí estaba, con ropa más normal y limpio. - Narcissa me obligó a vestirme así - Rio Sirius pero Keyla se mantenía sería.
- Pero... Ella... - Sirius se acercó a su hija colocando una mano sobre su hombro.
- Keyla, quiero que me expliques que sucedió en el laberinto - pidió Sirius con suavidad.
Una luz verde atravesó el cuerpo de Cedric antes de que ella pudiera salvarlo. Lo único que pudo hacer fue llorar sobre el cadáver del chico.
Keyla se trago el nudo en su garganta para poder contar la historia sin llorar. Les contó como llegaron al cementerio, cuando vieron a Colagusano, la muerte de Cedric, la pelea entre Voldemort y Harry, los fantasmas, los mortifagos.
- ¿Viste a tu madre? - pregunto Sirius mirando dulcemente a su hija, ella asintió - ¿Por qué ellos estarían allí?
- Fueron los últimos asesinatos que la varita de Voldemort llevo a cabo - explico Dumbledore. - Sin embargo, es curioso que lograrás unir tu varita con las suyas. Las varitas de Voldemort y Harry son hermanas, pero la tuya no tiene nada que ver con ellas.
- ¿Solo la varita? - Pregunto Sirius - Keyla no debería tener nada que ver con Voldemort. Primero mis amigos, después mi esposa y ahora quiere matar a mi hija y ahijado.
- No queria matarme - Habló Keyla. Espero a que los hombres dijeran algo pero ellos la miraban expectantes - Me dijo que él me dejó vivir, que yo ya debería ser mortífago.
- ¿Por qué Voldemort querría a una niña en sus filas? - se pregunto Dumbledore a él mismo. - Keyla es muy joven para luchar con él... ¿Dijiste que te mareaste cuando él apareció? Como cuando soñaste con él. - Keyla asintió y Dumbledore miro a Sirius - Bien, lo mejor para ti será que descanses, Keyla, a no ser que estés herida. Madame Pomfrey ya tiene una cama lista para ti en la enfermería.
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¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)
FanfictionGryffindor y Slytherin Sangre Sucia y Sangre Pura Granger y Black. Se tendrán que soportar durante años si quieren un final feliz. Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling a excepción de Keyla y su familia materna, que son creación mía