La historia de los tres hermanos.

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Keyla y Ron pasaron entre los árboles, causandose uno que otro rasguño en sus brazos. Nada importante, porque habían encontrado a Harry, a menos que sea una alucinación por el frío y en realidad estén muriendo congelados.

Hasta que lo perdieron de vista.

La cara de Ron era un cuento de terror cuando se dió cuenta de que además de una charca congelada, no había nada más.

- Maldición, pero... Era él, estoy seguro. - Ron empezó a caminar alrededor de la charca y Keyla vio algo brillar a unos pasos de ella.

Se alejó de Ron y se agachó encontrando un monedero, una carta, un trozo de espejo y una Snitch. Además de ropa.

- Ron, Harry esta en la charca. - Habló Keyla pero cuando se giró, escucho lo que parecían quejidos de Harry y Ron ya estaba terminando de romper la capa de hielo.

- Ayúdame. - Pidió Ron y se quitó la chaqueta. Keyla la tomo y se asomo para ver a Harry siendo ahorcado por el guardapelo y trataba de tomar lo que parecía una espada.

- Ron, es la espada de Gryffindor. - Avisó Keyla. - Tu eres de Gryffindor. Tómala.

Ron se quitó la camisa y metió la mitad de su cuerpo en la charca para tomar al espada al mismo tiempo que tomaba el brazo de Harry. Keyla se pegó a la espada de Ron y lo jaló hacia atrás, sujetando el otro brazo de Harry.

Los tres cayeron de espalda, Ron encima de Keyla y Harry sobre Ron. Respiraron con dificultad y Keyla salió de ahí tan rápido como pudo. Tomo la ropa de Harry y rápidamente envolvió al chico en un abrazo mientras lo ayudaba a ponerse la camisa, ya que estaba casi desnudo.

- ¿Estás loco? - Hablo Ron colocándose su camisa y su chaqueta rápidamente, temblando. Harry pareció reaccionar en ese momento, alejándose violentamente y viendo a Ron con la espada y a Keyla con el Horrocrux con la cadena rota como si fueran ilusión.

- ¿No se te ocurrió... - Harry miro a Keyla, tan hermosa y perfecta como siempre, sujetando su pecho con fuerza y mirándolo con reproche, como una madre mira a su hijo cuando llega sucio a casa. - Quitarte está porquería antes de tirarte desnudo a un charco de agua congelada?

Una ráfaga de aire caliente llegó a él secandolo enseguida y sus pantalones aterrizaron en su cara. Harry, aún confundido volvió a mirarlos, Keyla se abrazó a Ron repitiendo el hechizo para secarlo.

- ¿Eran u-ustedes? - dijo Harry al fin, sus dientes castañeteaban, su voz era más débil de lo habitual dada su casi estrangulación.

- Pues si...

- ¿Fue alguno de ustedes el que lanzó a esa cierva?

- Pensé que habías sido tu. - Respondió Ron.

- Mi Patronus es un ciervo.

- El nuestro son perros.

Harry se quedó viendo a los dos sin creer que en serio estaban ahí y que lo habían ayudado a seguir con vida. Los otros dos también se quedaron viéndolo.

- ¿Cómo es que están aquí?

Ron y Keyla se miraron, en realidad esperaban que jamas hiciera esa pregunta.

- bueno... Ya ves... Volvimos... - Empezó Ron.

- Si es que aún nos quieren aquí... - Terminó Keyla.

- Eres una tonta. - Dijo Harry y abrazó a Keyla y a Ron con fuerza.

- Oh, si, saqué esto. - dijo Ron, bastante innecesariamente, alzando la espada para que Harry la inspeccionara. - ¿Saltaste por esto... verdad?

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora