Confesiones de típicos adolescentes.

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Llegó el día de la audiencia de Harry con el ministerio. Keyla, que no había podido dormir esa noche tampoco, se levantó temprano y salió directo a la cocina donde suponía que Molly y Arthur ya estaban esperando a Harry.

- Buenos días - Además de Molly y Arthur también Harry, Remus y Dora estaban en la cocina. Todos miraron a Keyla un poco sorprendidos de que esté despierta tan temprano, pero le devolvieron el saludo.

Dora estaba casi dormida sobre la mesa, Remus y Arthur bebían un poco de café, y Molly estaba terminando de acomodar la camisa de Harry.

- Hola Molly - Keyla beso la mejilla de Molly.

- ¿Por qué estás despierte tan temprano? - Pregunto Molly devolviéndole el beso. - ¿Tienes hambre?

- Un poco - Contesto Keyla. Molly le sonrió y se fue a servirle unas tostadas. Keyla se paro frente a Harry y tomo la corbata que colgaba de manera desordenada. - ¿Nervioso?

- ¿Por el la Audiencia? No ... - Keyla apretó la corbata rápidamente asustando a Harry.

- No me mientas. - Acomodo el cuello de la camisa y paso sus manos por su cabello - ¿Es que no se puede quedar quieto? - Empezó a golpear su cabeza tratando de que el cabello de Harry estuviera medianamente presentable.

- Ya dejalo, Keyla - Pidió Harry.

- Tienes que lucir presentable. Vives conmigo ahora, no puedes lucir como un mono - Harry logro evitar que Keyla volviera a tomar su cabello y se alejo.

- ¿Eso es lo que te preocupa? ¿Que me vea bien? - Pregunto Harry tratando de sonar molesto, aunque se le hacía gracioso a pesar de sus nervios. Keyla levantó los hombros y asintió.

- No te molestes con su cabello - Habló Sirius entrando en la cocina tomando asiento junto a Remus y Tonks. - Viene de familia.

- Haré una poción que sirva para eso - Aseguro Keyla con los brazos cruzados. Molly le mostró una pequeña sonrisa y la hizo sentarse para desayunar.

- Creo que deberíamos irnos ya - comentó el señor Weasley - Es algo temprano pero creo que estarás mejor en el Ministerio que aquí.

- De acuerdo - aceptó Harry automáticamente, paso sus manos por su cabello y lo desordenó burlándose de Keyla.

- Te darán la razón, Harry - lo confortó Tonks, acariciándole en el brazo.

- Buena suerte - agregó Lupin - Estoy seguro que todo irá bien.

- Y si no es así -  aseguró Sirius, severo - yo visitare a Amelia Bones por ti...

- Yo podría darte clases particulares por lechuza - Se burló Keyla. - Suerte.

Harry sonrió débilmente. La Señora Weasley lo abrazó.

- Todos tendremos nuestros dedos cruzados - le aseguró.

-De acuerdo. - aceptó Harry.  - Entonces....nos veremos más tarde.

Arthur y Harry salieron de la cocina y seguidamente de la casa. El silencio reino en la cocina, excepto por unos pequeños ronquidos que venían de Dora.

- ¿Y tú qué haces despierta tan temprano, Keyla? - Pregunto Remus a Keyla, mirando de reojo a Dora que se había quedado dormida sobre la mesa.

- No podía dormir y tenía hambre - Respondió la chica bebiendo de su jugo. Su padre la miro un poco preocupado.

- ¿Pesadillas otra vez? - Pregunto Sirius y Keyla asintio disimuladamente. - ¿Podrías ayudar a Tonks a ir a su habitación? No queremos que babee toda la mesa.

¡Sangre Sucia!.... No me dejes (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora