Tom dormitaba en una silla junto a la camilla de Amelia, mientras ella parecía estar profunda en el sueño inducido por la anestesia.
Amelia tuvo suerte de que la sangre de Tom fuese compatible con la suya, de no ser así, la clínica no habría tenido suficiente para abastecer la urgencia de la joven.
El inglés se sentía muy cansado, su brazo estaba adormecido y maltratado, todo gracias a la muchacha que lo atendió, quien parecía haber estado experimentando con la inocente extremidad del actor, ya que hizo varios pinchazos fraudulentos mientras intentaba buscar una vena para extraerle sangre.
—Thomas...
El británico salió de su trance tras escuchar a la joven decir su nombre.
—Amelia, —habló Tom mientras se acercaba a la camilla—. ¿Cómo estás?, ¿puedes oírme?
—No estoy en coma, Tom... —contestó la chica con voz ronca.
—Dame una respuesta coherente que me asegure que no tienes daño cerebral, por favor. —contestó mientras recorría a la chica con la mirada.
—Estoy bien, muchas gracias por esto...
—Es lo que cualquiera en mi posición habría hecho... —murmuró Tom—. ¿De verdad estás bien?, ¿te duele algo?
—Siento un poco de molestia, pero nada grave. —comentó ella.
Él se aproximó a la mujer y la miró en silencio algunos segundos.
—Yo debía presionar un botón... —habló Tom señalando un pequeño control junto a la cama—. En cuanto tú despertaras, se suponía que debía llamar al doctor para que viniera a verte de inmediato.
Ella tomó el control y lo miró por un segundo, para luego presionar uno de los botones.
—Supongamos que está en camino... —mencionó Amelia alzando las cejas.
—Supongamos que era el botón correcto... —murmuró él divertido—. Quizás llamaste a la marina o algo así...
Ella lo miró sonriendo.
Un momento después, el doctor hizo su aparición en la habitación.
—Buenos días, Amelia... me alegra verte despierta y tengo que decir que luces muy bien. —felicitó el hombre de bata blanca.
—Gracias...
—Ahora veremos si estás igual se bien en el interior...
El médico comenzó a revisar a la joven, todo bajo la atenta y cautelosa mirada de Tom, quien estaba parado a los pies de la camilla de Amelia.
—¿Y? —inquirió el británico.
—Todo parece marchar bien... —aseveró el doctor—. Amelia, has tenido mucha suerte de que Tom tuviera sangre compatible con la tuya, te ha donado una buena cantidad, más de la que deberíamos haber extraído, pero él accedió ante tu complicada hemorragia... acabábamos de tener a cuatro pacientes en estado grave por un accidente de tráfico, lo cuales agotaron todos los suministros...
Miró al inglés sorprendida.
—¿Qué pasará ahora? —preguntó ella—. ¿Puedo irme ya?
—No, no aún... haré algunos análisis para ver qué tal van los niveles de cortisol y otras cosas, estarás aquí a lo menos hasta mañana. —explicó él—. Tendrás controles semanales, que luego pasarán a ser mensuales, hasta que ya solo tengas que venir una vez al año... te estaremos monitoreando...
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Panacea Universal
Fanfiction❝El que jamás ha llorado y sufrido en soledad, nunca podrá entender cuan dulce puede llegar a ser el verdadero amor❞ ➤En lugar de una larga parrafeada contándote de qué se trata esto, prefiero dejarte algunos comentarios de mis queridas lectoras: ❝L...