—Estamos tan cerca, maldición... —se quejó Amelia.
—Siento que nos equivocamos en algo. —habló Ben mirando un libro.
—Tu siempre sientes que vamos mal... —musitó ella apoyándose en la pizarra.
—Esta vez es en serio...
Amelia iba a replicar algo, pero su teléfono comenzó a sonar.
—Revisa desde la segunda línea, tengo que contestar... —habló saliendo del estudio.
Respondió a la llamada dos segundos después.
—Hola Charles... —saludó la mujer.
—Hola, Amelia... —respondió él con tono pesaroso.
—¿Qué pasa? —inquirió ella—. Suenas fatigado...
—Ha sucedido algo... —habló el abogado.
—¿Reabrieron el caso? —inquirió sorprendida.
—No... es Adrik... es que... —se detuvo en su hablar.
—¿Qué pasó? Me estás asustando... —murmuró—. No me digas que se ha escapado de la cárcel...
—No, Amelia... —respondió—. Adrik... Adrik fue asesinado...
Ella se quedó en silencio por unos segundos.
—¿Cómo sucedió? —apenas pudo pronunciar.
—Le cortaron la garganta esta madrugada... —comenzó a contar—. Al parecer, les debía dinero a personas peligrosas... y bueno, ellos no saben esperar...
Amelia buscó con suma dificultad las palabras que decir frente a su asombro.
—No sé qué decir frente a esto... estoy en shock... —musitó ella.
—Debes darte un tiempo para asimilarlo... —recomendó él.
—Sí... gracias por avisarme...
—No es nada...
—Charles... —habló un segundo después—. ¿Crees que haya sufrido mucho?
—No quiero abrumarte con los detalles, Amelia... —respondió el abogado—. Solo diré que sufrió menos que tu madre...
—Entiendo... —murmuró ella.
—Debes estar tranquila... el sistema se encargará de todo... entiendo que no quieras tener nada que ver con esto...
—Sí, gracias... —farfulló la mujer.
—Espero estés bien... —dijo el hombre—. Adiós...
—Adiós...
Amelia guardó su teléfono en el bolsillo, y caminó de vuelta al estudio.
Se sentó en una silla frente a la atenta mirada de Ben.
—¿Lo revisaste? —preguntó tratando de aparentar normalidad.
—Sí... —murmuró acercándose a ella—. ¿Qué pasó, Amelia?
—Adrik está muerto. —soltó de golpe, mientras lo miraba—. Lo asesinaron en la cárcel por un ajuste de cuentas...
Él no respondió nada.
—Yo tampoco sé qué pensar... —susurró ella.
—Karma... es todo lo que puedo decir... —habló sentándose junto a ella—. No nos podemos alegrar por ello, pero ponerse triste sería contraproducente...
—Sí, tienes razón...
Él la rodeó en un abrazo, y la apegó a él.
—Es horrible de todos modos... —musitó Amelia.
—Lo es... —confirmó él.
Ella tomó la mano de Ben, y la entrelazó con la suya.
—Gracias por estar conmigo en esto... —habló con sinceridad—. Supongo que ahora todo se acabó...
Él asintió.
—Es una forma bastante ruda de acabar con todo esto, entiendo que necesites descansar y pensar... —espetó Ben.
—Sí... —respondió—. ¿Me acompañas a dar una vuelta al estanque? Necesito aire fresco...
—Amelia... comprenderé si quieres estar sola...
—No, Ben... —lo interrumpió—. Quiero estar contigo... de verdad lo necesito...
Él la observó alivianando su gesto.
Con sus manos y sus almas entrelazadas salieron de la casa, y se sentaron en una banca con vista al estanque, mientras guardaron silencio uno junto al otro, simplemente escuchando la respiración del contrario, y viendo cómo esta se volvía visible a causa del frío.
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✒Mazzarena
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Panacea Universal
Fanfiction❝El que jamás ha llorado y sufrido en soledad, nunca podrá entender cuan dulce puede llegar a ser el verdadero amor❞ ➤En lugar de una larga parrafeada contándote de qué se trata esto, prefiero dejarte algunos comentarios de mis queridas lectoras: ❝L...