—Un poco más a la derecha... —musitó Amelia.
—¿Así? —dijo él corriendo el cuadro.
—No, no... más a la derecha...
—Esa es la derecha... —respondió divertido.
—Un poco más hacia la izquierda entonces...
Trataban de acomodar una preciosa pintura que habían comprado en Bielorrusia, cuando escucharon cómo alguien llamaba a su puerta.
Se miraron sorprendidos, deteniendo sus labores.
—¿Pediste algo para comer? —inquirió Benedict frunciendo el ceño.
—No... —susurró ella—. Quizás es alguien que se ha perdido...
—Iré a abrir... —dijo él bajando la escalera.
—No te preocupes, yo iré...
Amelia caminó hasta la entrada con cierto resquemor. Benedict la siguió, ya que estaba casi anocheciendo, y podía ser peligroso que atendiera sola.
La mujer abrió un poco la puerta, pero al ver quién se encontraba del otro lado, la abrió en su totalidad.
—¿Stella? —inquirió mirándola.
—Hola, Amelia... —susurró la dama.
Estaba llorando, su maquillaje se había corrido, y su cabello era un desastre.
—¿Qué sucede? —preguntó la pelirroja con desconcierto—. ¿Por qué estás llorando?
Stella se lanzó a los brazos de ella, y comenzó a llorar con mayor intensidad.
Ben observaba la situación sin comprender nada, y Amelia no sabía cómo reaccionar.
—Entra, ven a sentarte... —susurró la chica—. Ben, tráele un poco de agua, por favor...
Benedict obedeció, mientras Amelia avanzaba con paso lento hasta la sala, tratando de sostener a la mujer.
—Por el amor de dios, Stella... —habló mirándola—. ¿Qué pasó?, ¿por qué vienes en este estado?
La mujer sollozaba fuertemente, impidiéndole articular palabra alguna.
—Tenga... —murmuró Ben entregándole un vaso con agua—. Trate de calmarse...
Ella asintió, mientras respiraba pausadamente, tratando de controlar su estado.
—Tom... —logró decir—. Tom...
—¿Qué le pasó a Tom? —preguntó Amelia con inquietud.
—Tú le dijiste... tú le... —no podía hablar correctamente, pero lo intentaba con toda su fuerza—. Le dijiste que viera un doctor...
—Sí, es verdad... —musitó—. Pero no te estoy entendiendo... ¿Qué pasó?
—Esa misma tarde fue al médico... le hicieron un montón de exámenes...
La mujer bebió agua largamente, interrumpiendo su hablar.
—¡Por la mierda, Stella! —Amelia reclamó mirándola con seriedad—. ¿Qué le pasó a Tom?
—Fui a visitarlo hace un rato, me quiso echar de la casa, pero primero le pedí usar el baño... —continuó con su relato—. Me metí a su estudio en un descuido, y encontré los resultados de unos exámenes sobre su escritorio... —la mujer hizo una larga y adolorida pausa antes de continuar—. Tiene cáncer al hígado...
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Panacea Universal
Fanfiction❝El que jamás ha llorado y sufrido en soledad, nunca podrá entender cuan dulce puede llegar a ser el verdadero amor❞ ➤En lugar de una larga parrafeada contándote de qué se trata esto, prefiero dejarte algunos comentarios de mis queridas lectoras: ❝L...