Testigos.
Debían tener dos testigos para poder casarse, y el día antes de consumar el acto, Ben les rogó a los vecinos de la primera planta para que cumplieran con ese rol, y unas cuantas libras terminaron por convencerlos.
—Amelia Wiśniewski, en presencia de que ambos coinciden en el hecho de contraer matrimonio civil, contando con todos los requerimientos para ello, me veo en la obligación de consultar en forma verbal... —habló el hombre detrás de la ventanilla—. ¿Acepta usted casarse con Benedict Timothy Carlton Cumberbatch?
—Sí. —respondió ella.
—Benedict Timothy Carlton Cumberbatch, eludiendo a lo antes dicho... —murmuró mirando unos papeles—. ¿Acepta usted casarse con Amelia Wiśniewski?
—Sí. —aseveró él.
—Firmen aquí, por favor... —les extendió una planilla—. Justo sobre sus nombres.
Benedict la tomó por la cintura, acercándola a la ventanilla con suavidad, para que fuera la primera en firmar.
La mujer, que traía un simple vestidillo de color blanco, tomó la pluma y firmó, posteriormente lo hizo también el británico.
—Ustedes ya son marido y mujer, felicidades... —habló el empleado fiscal.
Amelia sonrió, al igual que Ben, quien tomó su mano y la acercó hacia él.
—Querida esposa... —murmuró muy cerca de ella.
—Querido esposo... —susurró ella también.
Ben se acercó con delicadeza, y dejó un beso muy cerca de sus labios.
Desde el punto del encargado de los matrimonios pareció un beso común y fidedigno.
—¿Querías realismo? Ahí lo tienes... —susurró en su oído.
Ella soltó una pequeña risa.
—Gracias, lo aprecio... —musitó mirándolo divertida.
Ben sostuvo su mano con seguridad, para llevarla fuera del registro civil.
Se despidieron de sus testigos luego de agradecerles, Ben les había pagado antes de venir, así que ese tema ya estaba zanjado.
—Nos salió bien, ¿no crees? —habló Amelia mientras caminaban en dirección al estacionamiento.
—Estuvo perfecto... y lo más importante, tu visa llegará, y así podrás vivir aquí con completa calma...
—Sí... es increíble, aún me cuesta concebir que no tendré que irme... —dijo emocionada—. Este lugar es sensacional, podría vivir por siempre aquí, no me molestaría...
—A mí tampoco... —respondió él.
Ella sonrió mientras lo observaba.
—Luces preciosa... lamento no haberlo mencionado antes... —dijo esquivando su mirada con timidez.
—Está bien... y gracias, tú te ves muy guapo también... —expresó ella, también con retraimiento—. Agradezco que hayas hecho todo esto por mí... y quiero que sepas que no debes tener miedo de...
Se detuvieron al llegar a la motocicleta, y con ello Amelia interrumpió también su hablar.
—¿Miedo?, ¿de qué? —interrogó Ben mirándola.
—Si te enamoras de alguien... —comenzó a decir—. Y deseas casarte de verdad, yo no me negaré a darte el divorcio... quiero que seas feliz, y no importa si...
—Tú me haces feliz... —la interrumpió—. Con lo inteligente que presumes ser, me asombra que no te des cuenta...
Amelia sonrió mientras lo observaba.
—No presumo... —musitó mirándolo.
—Sí que lo haces... eres una presumida. —murmuró dándole su casco rojo.
—¿Yo? —inquirió ella alzando las cejas—. Te proyectas a ti mismo en mi persona... mentecato...
Ben se carcajeó.
—Sube... —dijo cuando ya estuvo montado en el vehículo de dos ruedas—. Te llevaré a la luna de miel...
—¿Chipotle? —preguntó Amelia cruzándose de brazos.
—Nando's...
—¿Nando's? —interrogó extrañada.
—Una cuestión muy británica, ya verás...
Ella sonrió, remangó su vestido sin delicadeza alguna, y se acomodó detrás de Ben, mientras lo escuchaba reír.
—Me casé con una vaquera del viejo oeste... —fue lo que dijo antes de acelerar.
Don't forget to ★
✒Mazzarena
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Panacea Universal
Fanfiction❝El que jamás ha llorado y sufrido en soledad, nunca podrá entender cuan dulce puede llegar a ser el verdadero amor❞ ➤En lugar de una larga parrafeada contándote de qué se trata esto, prefiero dejarte algunos comentarios de mis queridas lectoras: ❝L...