Ciento dieciséis

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Las personas comenzaron a disiparse cuando la ceremonia se dio por terminada, y una hora después, luego de recibir innumerables condolencias, ella terminó por ser la única que quedó en aquel lugar.

—Thomas William Hiddleston... —habló mirando su lápida—. A pesar de todo, te voy a extrañar como no tienes idea...

"Fin del primer acto, espero que en el segundo volvamos a compartir la escena, moró mou"

Tom Hiddleston (1981-2020)

La dama secó una de las muchas lágrimas que bajaban por su rostro en ese momento.

—Amelia... —escuchó detrás de ella.

—Benedict... —susurró con sorpresa al girarse.

—Lo siento mucho... —dijo el inglés mirando la lápida—. Me imagino lo difícil que debe ser esto para ti...

Ella tomó un respiro.

—Sé que está mejor ahora... —murmuró—. Estaba sufriendo mucho, el cáncer fue demasiado agresivo con él...

—Sí, lo pude ver... —habló mirándola—. Él fue a visitarme...

—¿A Bromley? —inquirió extrañada—. ¿Hace cuánto?

—Fue hace unas semanas... —respondió él—. Hablamos sobre algunas cosas... —guardó silencio por unos segundos antes de continuar—. No era un mal tipo, ¿sabes?, te amaba, y aunque no lo hacía de la manera más sana, pude entender por qué era de ese modo y no de otro... la vida lo trató mal...

Ella asintió bajando la mirada.

—Luces muy bonita... —susurró avergonzado—. Tienes un brillo especial en la mirada...

—Gracias... tú también te ves bien... —dijo ella mirándolo de lado—. Al parecer has tenido una buena recuperación...

—Sí... mis heridas ya están casi completamente sanas... solo debo seguir usando este cabestrillo... —explicó observando su brazo—. Mis huesos viejos decidieron tomarse su tiempo para sanar...

Ella sonrió de lado sin enseñar los dientes.

—¿Y cómo estás tú? —preguntó mirándola—. ¿Cómo está todo allí dentro?

—Bien... no para de crecer, y de hacerme vomitar... —susurró ella.

Él asintió bajando la mirada.

—¿Aun no vuelves al trabajo? —inquirió la mujer.

—No, tengo licencia médica por unos meses... y me he tomado un receso de las matemáticas... —habló Ben—. Nunca había estado tanto tiempo sin trabajar, pero bueno, no he estado de humor para ello...

—Sí, yo tampoco... —susurró ella.

Ambos callaron durante un rato.

—Amelia... —de pronto la llamó en voz alta—. He venido para hablar sobre nosotros...

—¿Nosotros? —preguntó ella—. ¿Aún existe un nosotros?

Él sonrió mirando hacia el piso.

—Sí... aún existe un nosotros... —murmuró Benedict—. Durante este tiempo, luego de saber lo que pasó, he tenido un gran debate interno... porque mientras mi mente me dice que debo alejarme de ti para siempre, mi corazón me pide a gritos volver contigo... es una gran confusión, ¿sabes?

—Lo sé... —susurró ella.

—Pero dentro de todo este embrollo, hay algunas verdades que son irrefutables para mí... —comenzó a explicar—. Yo no puedo imaginar una vida que no sea contigo, y no quiero regresar en el tiempo, para volver a vivir aquella existencia tan triste a la que solía estar acostumbrado, porque sé que jamás podré volver a sentir por otra persona lo que siento por ti...

La mujer lo miraba en silencio mientras él hablaba.

—Yo te amo, Amelia... —soltó de repente—. Y quiero estar contigo hasta el fin de mis días en esta tierra, lo deseo más que nada...

Ella había comenzado a llorar otra vez.

—Tampoco quiero que estés sola en todo esto... si tú me lo permites, quiero ayudarte a sanar, y acompañarte en esta nueva travesía... —habló mirándola—. Eres la mujer que amo... por lo tanto, también he de amar a aquella criatura que está dentro de ti... no importa si no es de mi sangre, le amaré como si así fuera...

Ella lo abrazó con cuidado de no provocarle dolor, mientras lloraba con ímpetu sobre su hombro.

—Te amo... —susurró en su oído—. Te amo, Ben...

Él la abrazó con fuerza, utilizando su único brazo libre.

—Te extrañé mucho... —dijo Benedict acariciando su rostro.

—Yo también... —susurró ella.

Se acercaron lentamente, como si de la primera vez se tratara, y entrelazaron sus labios con delicadeza, para compartir un beso lleno de pasión y añoranza, un beso por el cual esperaron meses, y que nunca pensaron se sentiría tan bien.

—Prometo cuidar de... moró mou... —inquirió mirando la lápida de Tom—. Prometo amarla, y apoyarla por el resto de mi vida...

Ella secó sus lágrimas con un pañuelo que tenía arrugado en la mano.

—Adiós, Tom... —dijo ella agachándose hasta la lápida—. Te veré en el siguiente acto...

Dejó un beso sobre el brillante mármol negro, y caminó hasta Ben, para salir junto a él del Highgate Cementery. 

"Everytime we say goodbye, I die a little"


Don't forget to ★ 


✒Mazzarena 


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