Treinta y tres

142 31 10
                                    


—Es una chica muy linda... —murmuró Amelia cuando veía una escena de Elizabeth Debicki, quien interpretaba a Jed Marshall, novia de Roper—. ¿Qué sentías cuando compartías escenas subidas de tono con ella?

Tom comenzó a reír.

—Pues nada...

—¡Ay, Thomas! —respondió mirándolo—. No mientas, ella es hermosa... debió haber sido un placer para ti actuar con ella...

—Es bonita, si te gusta darte placer mirando una revista Elle...

—No seas tonto, Tom... —dijo dándole un empujón mientras sonreía.

—He visto chicas más lindas... —rodeó sus hombros con su brazo—. Lo juro.

Ella lo miró sin creerle.

—Mira ese cuello... —susurró Amelia—. Y sus piernas deben medir lo mismo que yo.

—Me molestas por amar a Andy Murray, pero al parecer tú tienes cierta atracción hacia Elizabeth Debicki...

Amelia rió.

—Es preciosa, no puedes negármelo.

—Tienes un concepto interesante sobre la belleza...

—Ella es rubia...

—Y tú eres pelirroja.

—Esto no es sobre mí, estamos apreciando su belleza...

—Lo haces comparándote con ella, yo solo te hago ver que lo que tú tienes también es especial.

—Ella es alta.

—Y tú quedas a la altura de mis besos...

La mujer se apoyó en el hombro de Tom.

—Tiene ojos azules...

—Y tú tienes ojos verdes.

—Ella es bonita, Tom... —murmuró mirándolo—. Ella podría ser una gran novia... me gusta mucho...

—Y tú me gustas mucho a mí ...

La mujer sonrió con vergüenza.

—¿Y yo te gusto, Amelia? —interrogó.

Ella lo abrazó.

—¿Qué dirías si te digo que sí?

—Me harías sentir muy feliz...

Amelia lo miró a los ojos.

—Y te haría mi esposa para nunca dejarte ir...

Ella alzó las cejas por la sorpresa.

—Sabes como soy... —murmuró el londinense.

—Un hombre muy llevado a sus ideas, además de impulsivo.

—Es una buena descripción...

—Me gustas, Tom... pero solo un poquito...

Él comenzó a reír.

—Eres lista.

—No creo ser de las que se casan...

—¿Nunca imaginaste tu boda?

—No... —susurró—. Sí imaginé la posibilidad de compartir mi vida con alguien, supongo no estaré sola para siempre, pero jamás soñé con una boda, un vestido blanco carísimo, ni una iglesia gigante llena de personas.

—Está bien, no a todos les gusta lo mismo.

—Sí, eso creo...

—¿Veamos el siguiente capítulo? —Tom trató de aligerar la tensión.

—Debería preparar algo de almuerzo, ya es hora, ¿no?

—Mejor pidamos algo...

—Pero ayer pedimos la cena, y tengo comida, es solo cosa de preparar algo.

—No quiero bajar. —se quejó Tom.

—Yo lo haré, no hay problema...

—Amelia... —la llamó Tom—. Déjame pedir el almuerzo, quiero estar contigo hoy, después de todo, puede que cuando me despida de ti en el aeropuerto sea la última vez que te vea...

Ella le dio una mirada de tristeza.

—Está bien, pero la cena la cocinaré yo.

—Me parece un trato justo...

Pasaron el resto del día juntos.

Cuando terminaron de ver la serie, Amelia reconoció la calidad actoral de Tom una vez más, y le dijo que estaba muy orgullosa de su trabajo.

Esa noche, luego de cenar y tratar de acomodar todo, Tom ordenó su maleta, y Amelia su bolso. Los vuelos de ambos tenían diferencia de solo media hora, y estaban programados para la mañana siguiente.


Don't forget to ★


✒Mazzarena

Panacea UniversalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora