Cuarenta

195 35 40
                                    


Arribaron temprano a la universidad aquel día, y el amigo de Tom, Philip, los estaba esperando al final del lobby para comenzar con el tour.

Amelia observaba todo con asombro, aunque intentaba no parecer una muchacha pueblerina y emocional, manteniendo a raya sus expresiones.

Aquella mañana decidió vestirse de la mejor manera posible, ya que tenía algunas ideas de a qué se iba a enfrentar estando ahí, pero sus expectativas fueron rebasadas con gran margen, por lo que, a pesar de sus intentos de lucir decente, al apenas poner un pie dentro del edificio se dio cuenta de que no estaba vestida para la ocasión.

—Thomas, ¿Cómo estás, amigo? —saludó el rubio inglés mientras abrazaba al ahora pelinegro.

—Muy bien, Phil... —respondió él.

—Y tú debes ser Amelia... —habló sonriendo—. Soy el doctor Philip Spencer, asesor científico de la universidad, y miembro del comité matemático.

Se saludaron con un apretón de manos.

—Es un gusto conocerlo. —replicó ella sonriendo también.

—Vamos, les enseñaré la facultad de ciencias naturales...

Comenzaron a caminar a través del lugar, que parecía ser infinito a la vista de Amelia.

—Hace mucho tiempo que conozco a Tom, fuimos compañeros en el Eaton College... —comenzó a contar Philip—. Era un buen tipo... muy cómico, por cierto... a veces se comportaba como un sabelotodo bastante molesto, pero un buen tipo de todos modos...

—Sigue siendo de ese modo... —respondió Amelia divertida.

Tom solo sonrió y bajó la mirada como respuesta

—Hablamos con tu antigua universidad hace un tiempo, yo me encargué del papeleo y las indagaciones... —comenzó a contar—. Y la verdad es que nos impresionamos bastante por tus notas y trabajos de investigación, por ejemplo, había un informe sobre algebra lineal que nos ha dejado bastante sorprendidos. Nuestra institución está en constante búsqueda de talentos como el tuyo, por lo cual, como ya sabes, tenemos la férrea intención de brindarte una beca para que retomes tus estudios con nosotros, si es que así lo decides...

—Si llego a aceptar... tengo que dar algunas pruebas, ¿no es así? —interrogó ella.

—Así es... veo que leíste algunas de las cartas que te enviamos... —dijo él divertido—. Sí, lo que pasa es que, al tú ya haber cursado dos años de la misma carrera, pero en Estados Unidos, sería idiota de nuestra parte obligarte estudiar todo desde el principio... por lo que te haremos algunos exámenes, veremos qué nivel tienes, y convalidarás tus materias, para retomar en donde te quedaste, con uno que otro complementario de aquello que no sepas o hayas olvidado, si es necesario...

—Entiendo... eso suena conveniente...

—Lo es...

—¿Cuál es la duración oficial de la carrera? —inquirió la mujer.

—Son tres años... los primeros dos se enseña lo más sustancial en matemáticas... sentamos los cimientos para los futuros estudios. —habló mientras se adentraban a una biblioteca—. En el tercer año, los estudiantes tienen la oportunidad de elegir libremente entre una amplia gama de cursos, actualmente, los alumnos deben elegir ocho materias desde un total de cuarenta opciones... hay mucha variedad...

—Eso suena fantástico... ¿Qué cursos tienen? —musitó ella.

—Bueno, entre los más populares están caos y fractales, relatividad especial y electromagnetismo, además de topología molecular y estereoquímica, que no es tan elegida, pero tiene varios fieles adeptos...

Panacea UniversalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora