06

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En el colegio dejé de acercarme a Miguel porque se veía que definitivamente no le agradaba, así que no tenía razones para seguir insistiendo.

Él ya me había dejado las cosas muy claras y creo que debía respetar eso.

A veces Camilo se detenía a saludarme pero Miguel no decía una sola palabra, es más, apenas y me miraba.

Tímido o tierno, era un chico bastante frío. 

Había avanzado hasta donde el me dejó. Y está bien, a él no le gustaban ese tipo de cosas y es completamente respetable.

Sentada en el aula, desvié mi atención hacia Miguel y vi como le sonreía a Camilo.

¿Y si era gay?

No, no, no.

Digo, no tiene nada malo ser gay, pero en caso de que lo sea, no hay chance de que lo guste.

Aunque bueno, gay o no, parece que no tengo ningún chance con él.

—¿Qué pasa? —Preguntó Lorenzo a mi lado.

Giré a mirar a mi amgo y le sonreí.

—Vos has estado mirando mucho a Miguel la última semana. —Dijo levantando una ceja.

—No pasa nada, solo me causaba curiosidad. —Dije y el asintió con la cabeza.

El timbre sonó en ese momento y agarré mi mochila para salir, viendo como todos mis amigos también lo hacía. Excepto Lorenzo, que agarró mi muñeca provocando que me detuviera.

—Pará. —Dijo él, a lo que lo miré fijamente.

Miré alrededor y ya no se encontraba nadie en el aula. Sus labios chocaron con los míos y besaron los míos por un corto momento.

—Si querés coger no tenés que buscar a nadie más. —Dijo mirándome a los ojos.

Con Lorenzo había cogido antes y, de hecho, con él había perdido mi virgnidad.

—No lo estaba buscando para eso. —Dije negando con la cabeza.

Sus manos viajaron a mi cintura y me sentó sin dificultad en una de las pequeñas mesas. Se hizo espacio entre mis piernas y llevó su mano a una de éstas para empezar a acariciarla.

—No vamos a hacer esto aquí. —Dije negando con la cabeza.

—Entonces.. ¿nos podemos ver en tu casa? —Cuestionó subiendo su mano dentro de mi falda hasta llegar a mi feminidad.

Asentí con la cabeza relamiendo mis labios.

Lorenzo y yo nos sobre saltamos cuando la puerta del aula fue abierta. El se alejó de inmediato de mi y yo acomodé mi falda mientras mis mejillas se tornaban rojas.

Mi verguenza aumentó cuando me di cuenta de que se trataba de Miguel. Él nos miró de reojo y rodó los ojos antes de ir hasta su puesto y agarrar su campera que había dejado olvidada.

Bufé pasando un mechón de cabello detrás de mi oreja. Él miró hacia atrás una vez más, mirando mal a Lorenzo y luego saliendo.

Dios, que verguenza, no puedo creer que justo el se haya tenido que dar cuenta de esto.

—¿Segura que no tenés nada con él? —Preguntó Lorenzo mientras yo me bajaba de la mesa ya con mal humor.

—Si, en cualquier caso no debería importarte. —Dije agarrando de nuevo mi mochila.

—Yo creo que él se puso algo celoso. —Comentó.

Claro que no.








Buenas gente.<3

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora