Cold [✓]

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Caminé hasta donde Mateo y vi que estaba lavándose la cara.

—Bu. —Dije llegando a su lado con una sonrisa, pero él ni se inmutó. —Hola.. —Dije tocando su costilla.

El cerró la llave de la canilla y se dio la vuelta para mirarme.

—¿Qué pasa? —Preguntó serio.

—Nada, solo quería estar con vos. —Dije y él asintió.

Me miró fijamente antes de besarme, yo sonreí para mis adentros antes de enrollar mis brazos por su cuello mientras sentía sus manos apretar mi cintura.

Él me soltó y yo le sonreí.

Mateo comenzó a caminar de nuevo al coliseo y yo lo seguí.

—¿Por qué estás serio? —Pregunté.

Él negó con la cabeza antes de entrar al coliseo y yo lo seguí.

El timbre sonó por suerte y agarré mi mochila rápidamente al ver a Mateo agarrar la suya junto con Camilo.

—Meli, tenemos que hablar. —Dijo Martina con una sonrisa.

—Eh.. —Miré a la puerta del coliseo y bufé al ver a Mateo salir por ésta sin siquiera mirar atrás. —Está bien.

Me puse mi mochila al hombro y caminé junto con Martina y los chicos hasta una mesa donde nos sentamos todos.

—No nos has comentado mucho sobre Mateo. —Dijo ella.

Fruncí el ceño con una sonrisa.

—¿Por qué tendría que hacerlo? —Dije confundida.

—Porque acá todos somos amigos y nos contamos todo. —Dijo ella con obviedad.

—Bueno, es que no tengo nada para contar. Solo somos novios. —Dije y ella asintió.

—No por eso tienes que dejar de juntarte con nosotros o faltar a la joda de mañana. —Dijo Lorenzo.

—Exacto. —Dijo de acuerdo Daniel.

—Pero es porque quiero pasar tiempo con él. —Dije.

No entendía por qué todos me estaban planteando ésto.

—Invítalo a la joda, que venga con vos, nosotros no tenemos problema. —Habló Tamara.

—A él no le gustan las jodas. —Dije rápido.

—Ah, sí. Verdad que es re aburrido tu novio. —Dijo Martina.

—Dios, no entiendo qué les pasa pero no vamos a pelear por ésto. Mateo no es aburrido por no querer ir a una joda. —Dije seria. —Y los quiero, pero eso no debería importarles.

Ellos se quedaron en silencio y yo tomé mi mochila.

Caminé por el colegio hasta llegar donde normalmente estaban siempre Camilo y Mateo, y por suerte, allí se encontraban estos dos.

—Hola. —Saludé sentándome con ellos.

Mateo seguía estando serio por alguna razón, y Camilo era más que todo el único que estaba hablando.

Por eso, cuando fue a comprar algo para tomar, Mateo y yo permanecimos únicamente en silencio.

Quizá no perdía nada invitándolo a la joda.

—Mateo. —Lo llamé provocando que me mirara. —¿Querés ir a una joda mañana conmigo y mis amigos? —Pregunté a lo que él bufó.

—No me gustan las jodas, ni mucho menos tus amigos. —Dijo Mateo.

Asentí. Sí, eran muy diferentes.

—¿Y si vamos los dos a tomar algo mañana? A comer un hela..

—No quiero.

Me quedé en silencio mirándolo.

—¿Entonces que querés hacer? —Cuestioné.

—Nada, si querés ir a una joda con tus amigos, no hay problema. —Alzó los hombros con indiferencia.

Aquí bien constante.