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Mateo

—Me voy ya. —Avisé mientras me sentaba en la orilla de la cama para ponerme los zapatos.

Me giré a mirarla cuando no me dio una respuesta y me di cuenta que se encontraba dormida. Observé su rostro tranquilo y como su pecho subía y bajaba, bajé mi mirada ésta vez a su cintura que me incitaba a acostarme de nuevo y ésta vez abrazarla por la cintura para estrecharla a mi. 

Pero esos no son los pensamientos que debía estar teniendo, al menos si no quería resultar enamorado.

Suspiré antes de seguir poniéndome los zapatos y cuando terminé me acerqué a la ventana para salir. No pude evitar mirarla una última vez y recordar cuando llegué ayer, cuando ella se encontraba llorando por mi, me alegraba que ahora se encontraba mejor.

Salí por la ventana y bajé con cuidado para ir hasta mi casa, pero me desvié sin ánimos y me fui a casa. Caminando entre tantas cuadras con las manos en mis bolsillos y dejando a mi mente navegar entre distintos pensamientos.

Bueno, estaba "bien", porque en realidad no lo está. No sé por qué le dije que fuéramos amigos. Ni siquiera amigos debíamos ser porque yo no soy un boludo, yo se que genera cosas en mi, pero yo no quería dejar avanzar esos sentimientos, yo no quiero enamorarme, el amor es algo repudiable, el amor se adueña de las personas y las convierte en lo que desea. Yo no quería estar a merced de nadie ni mucho menos del amor.

Le dije que fuéramos amigos porque como buen estúpido que soy, volví a ser tan egocéntrico como para dejar que se alejara. No sé por qué me gustaba tanto tenerla a mi lado, pero me gustaría que al menos fuera mi amiga. 

Sí, eso está bien.. amigos. Ya sabré como frenar lo que sea que quiera salir de mi corazón.

Sin darme cuenta ya me encontraba fuera de mi casa, si me desconcentraba un poco más probablemente me hubiera pasado de mi casa.

Por suerte tenía las llaves así que abrí la puerta y luego de entrar la cerré con mucho cuidado, aunque bueno, ya había dicho que mi tía no escuchaba nada en cuánto quedaba dormida.

Di un paso y enseguida la luz de la sala se encendió dejándome ver a mi tía con una mano en el interruptor. Su expresión denotaba molestia.

Bueno, el problema es que hoy no se había dormido.

—¿Dónde estabas, Mateo? Anoche no llegaste. —Dijo y asentí suspirando.

—Estaba resolviendo unos problemas. —Dije y ella se cruzó de brazos.

—¿Problemas, Mateo? —Preguntó ella.

—No importa, vengo cansado. —Dije tratando de irme a mi habitación pero ella se cruzó en mi camino.

—No me digás que en serio se te olvidó. —Dijo ella mirándome con tristeza.

—¿De mi papá? —Pregunté y ella asintió. —No quería ir. —Admití finalmente sin ganas de más.

—M-mateo.. podés dejar de ser tan duro con él. —Dijo ella y mis ojos picaron mientras mi corazón dolía.

—No soy duro con él, qué importa ya. Que en paz descanse. —Dije molesto antes de sacarla de mi camino y subir a mi cuarto.







Bueno, jelou. El día de hoy estamos en #1 mateopalacios y #3 trueno. Probablemente luego ya no lo estemos pero lo comparto porque igual me pone muy feliz.<3 Las amo un montón.

Saqué la intro de una novela "Fire city" también de trueno entonces ojalá se pudieran pasar a leerla.<3

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora