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Estábamos en casa de Mateo, yo había tenido un mal día pero no lo quería admitir, aunque estaba segura que él estaba enterado de mi estado de ánimo.

Y sí, toda la semana había sido así de pesada. Sus malas miradas, malos comentarios que me estaban empezando a volver loca.

—¿Qué te dijo Tamara hoy? —Preguntó Mateo.

Me llamó puta.

—Nada importante. —Dije alzando los hombros mientras miraba mi celular.

—Tuvo que serlo. —Dijo Mateo acariciando mi pierna.

—No importa, fue algo que no entenderías. —Dije mientras bloqueaba mi celular.

Una vez besé a su novio estando ebria. Ella me dijo que no le importaba.

—Podés confiar en mi. —Dijo Mateo acariciando mi mejilla.

Miré su rostro tan cerca del mío y no pude evitar juntar mis labios a los suyos.

Él me correspondió antes de ponerse suavemente entre mis piernas, mientras me hacía bajar lentamente mi espalda, logrando que ésta choque contra las colchas.

Sonreí al ver a dónde se dirigía, y definitivamente sería algo que me arreglaría el día.

Mateo fue sacando los botones de mi camisa lentamente hasta finalmente dejarme sin ella.

Sus besos se repartieron por mi cuello mientras a su vez iba sacando mi pollera, hasta finalmente dejarme en ropa interior.

Él se apoyó en sus rodillas mientras sacaba su camisa, dejándome ver su torso.

Le mandé un beso y el se rió antes de llevar sus manos a su pantalón, para desabrocharlo y finalmente sacarlo.

—¿Tenés preserv..?

Mateo asintió acercándose a su cajón para sacar uno.

Él se sacó su boxer y seguidamente se puso el condón mientras yo me sacaba mi tanga.

—No.. —Se quejó Mateo al ver mi último acto. —Yo te la quería sacar.

Yo reí mientras me mordía el labio y me arrodillaba en la cama y sacaba mi corpiño, dejando mis senos desnudos a sus ojos.

Vi la intención de Mateo de volverme a tumbar en la cama, así que me adelanté para sentarlo sobre la cama, antes de posicionarme sobre él.

Mateo mordió su labio antes de poner sus manos en mi cadera. Yo llevé mi mano a su miembro y lo acomodé en mi entrada antes de dejarme caer sobre él completamente, siendo penetrada.

Cerré los ojos al sentirlo dentro y llevé mis manos a sus hombros antes de empezar a dar pequeños saltos sobre él.

Mateo gimió suavemente mientras yo comenzaba a acelerar el ritmo de mis movimientos.

Jadeé arqueando mi espalda, a lo que sentí los labios pegarse a mis pezones, casi obligándome a gemir.

Sentí sus manos viajar a mi trasero antes de apretarlo.

—T-teo.. —Gemí en su oído y solté un pequeño grito al sentir como alzaba sus caderas penetrándome con fuerza.

—No puedo así.. —Dijo Mateo sacándome de encima de él, antes de tirarme en la cama.

Se puso rápidamente entre mis piernas antes de volver a introducirse en mi para comenzar a embestirme con fuerza, mientras una ola completa de placer me venía encima.

—Meli.. —Gimió Mateo y yo gemí más fuerte sintiendo que llegaba a mi orgasmo.

Y éste terminó de llegar cuando sentí sus dedos moverse sobre mi clítoris sensible.

Él se siguió moviendo hasta finalmente llegar también.

Ambos estábamos completamente agitados. Él salió de mi, antes de recostarse con medio cuerpo sobre mi y su cabeza en mi pecho.

—Te quiero mucho.. —Susurró Mateo levantando un poco su cabeza para mirarme.

Sus ojos se encontraron con los míos mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

—Yo más. —Sonreí.

Yo te amo.






Gracias por los 400 seguidores y por los 8k votos. Me siento muy especial gracias a ustedes.

Vi en las estadísticas de la novela que los 4 países que más leen la novela son: 1. Argentina. 2. España. 3. México. 4. Chile.❣️

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora