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Mateo y yo estábamos en mi cama acostados, su mano rodeaba mi cintura y mi pierna abrazaba su pierna. Hundí mi cara en su cuello respirando su aroma.

Maldito periodo.

Aún quedaba tiempo para estar así, porque aún no llegaba mi papá ni llegaría.

Bueno, osea, si llegaría (eso espero), pero aún falta.

Agarré mi camisa para ponérmela y Mateo me la sacó.

—Quedate así. —Dijo mirándome.

—No, eu. —Dije tratando de sacarle la camisa pero él la tiró por el rincón de la cama, dejándola caer debajo de esta. —Mateo. —Me quejé.

—Es que me gustan. —Dijo tocando mi senos y yo mordí mi labio cuando sentí como su pulgar acariciaba mi pezón.

—Dale, Teo. Tengo el periodo. —Dije y él asintió.

—Es que me gustan. —Dijo y yo solo pude pensar en que parecía un niño.

Le saqué la mano para volver a ponerla en mi cintura y juntar sus labios con los míos.

Pasamos un rato solo así, ambos abrazados, dándonos besos y caricias. Él susurraba cosas bonitas en mi oído, logrando que mi corazón se remueva en mi pecho enamorado.

No sé si era porque era la primera vez que estaba realmente enamorada, pero estar con Mateo se sentía realmente bonito, y me hacía sentir completa, sin alguna duda de que lo quería a él en mi vida.

—Meli. —Dijo Mateo, a lo que yo lo miré a la cara.

—¿Qué pasa? —Dije al verlo un poco serio.

Se le veía un poco decaído, más bien pensativo.

—Cuando tenía cinco años mi mamá se fue de mi casa. —Dijo y me puse un poco nerviosa al oír de lo que hablaba.

—¿Seguro quieres hablar de eso? —Pregunté.

—Sí. Quiero que me conozcas como yo me conozco. —Dijo y yo sonreí suavemente.

Era algo que me gustaba mucho de parte de él, pero me tensaba saber sobre esa historia.

—Mamá nunca me quiso, pero papá la convenció de quedarse a su lado y tenerme. —Continuó. —Pero no pudo retenerla con él por mucho tiempo, porque.. "mamá" estaba en otra, no.. encajaba en una vida de familia.

Asentí con la cabeza mientras lo miraba.

Mateo se quedó en silencio un momento mientras sus ojos se mojaban, pasó saliva, sabía que se le dificultaba mucho hablar sobre ese tema.

—Teo.. —Acaricié su pecho desnudo, puesto que él se había sacado la camisa hace un rato.

Él hizo una seña para que lo esperara.

—Entonces.. —Volvió a pasar saliva cuando su voz se quebró. —Papá estuvo conmigo, y realmente, aunque a veces me dolía no ver en casa a mi mamá, estaba muy agradecido de que papá siguiera conmigo.

Las primeras lágrimas brotaron de sus ojos y mi corazón se encogió, no solo al escuchar su historia, sino como le dolía. Si por mi fuera lo hubiera detenido, porque me dolía verle así, pero sabía que era importante para él decírmelo.

Apretó sus labios entre sí antes de continuar. —Pero, cuando tenía ocho años, papá me dejó también.

Pasé mi pulgar por su rostro para limpiar sus lágrimas, que caían en silencio.

Mordí mi mejilla interna al ver sus labios fruncidos, estaba luchando con no llorar.

—Se suicidó porque él amaba mucho a mamá. —Dijo y yo lo miré preocupada.

Estaba algo sorprendida porque no sabía que su padre se había matado, solo que había muerto, y nunca me imaginé que así. Me dolía solo pensar lo difícil que habían sido los días para Mateo.

—Y dolía mucho su ausencia. —Dijo con su voz rota. —Dolor que confundí con odio. Yo solo podía pensar en lo mucho que odiaba a mi madre por dejarnos, y lo mucho que odiaba a mi padre por dejarme. Lo mucho que me odiaba a mi mismo por probablemente haber sido la razón por la que ambos se fueron.

—No pensés así, no podría haber sido tu culpa..

—Pero quizá lo fue. —Alzó lo hombros y yo negué con la cabeza antes de abrazarlo. —Eres maravilloso.

Mateo sollozó suavemente antes de hundir su cabeza en mi pecho.

—¿Es que ellos no lo vieron? —Dijo y mis ojos se mojaron al escucharlo hablar así. 






Dios mío):

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora