36

6.5K 466 133
                                    

—No soy gay. —Dijo Mateo acercándose hasta nosotras.

—Solo estaba jodiendo un poquito. —Dijo su tía y vi como disimuladamente guardaba los papeles en su mochila.

—Entonces.. ¿te vas ya? —Preguntó Mateo mirando a su tía.

—Si, sí. —Dijo ella levantándose. —No.. quería dejar a tu amiga sola mientras te despertabas.

Mateo me miró de reojo y comencé a asfixiarme de los nervios de solo recordar la razón por la que en realidad me encontraba acá.

Su tía se levantó con la mochila y caminó con Mateo detrás. Ambos salieron de la casa y yo me quedé ahí sentada esperando a que Mateo volviera a entrar.

Lo hizo minutos más tarde y sus ojos estaban un poco rojos, probablemente había llorado al despedirse de su tía.

—¿Qué hacés aquí? —Preguntó cerrando la puerta y caminando de nuevo hacia mi.

—Estaba preocupada porque no habías regresado al colegio. —Dije levantándome de la silla para acercarme a él.

Él se encontraba en completo silencio, mirando a otro lugar.

—Te quiero mucho. —Dije mientras sentía mis manos temblar ligeramente. No sabía como decirlo.

—Estoy bien, ¿te podés ir? —Preguntó Mateo una vez más, sin mirarme.

Pasé saliva y tomé aire.

—Sabés. Mateo, de verdad te quiero mucho, y mirame, porque lo que te voy a decir es importante. —Él hizo caso omiso a mis palabras y siguió quieto, sin mirarme. —Bueno, no se que tanto para vos pero para mi lo es y mucho.

—Melisa..

—Mirame. —Demandé una vez más sin dejarlo hablar.

Mateo dirigió su mirada a mi y sentí casi como profanaban mi ser. 

—Te quiero tanto como para no importarme si lo hacés de la misma forma o no, si me quieres como tú chica o como tu mejor amiga, si me querés como un recurso para sentirte mejor, no sé como me veas Mateo. Pero decime que me querés.. si realmente lo haces. —Dije y vi como su mandíbula se tensaba mientras sus ojos se mojaban. —Si no me querés lo entenderé y me alejaré, pero decime. Yo estoy dispuesta a estar a tu lado como vos querás, pero si no querés decime. No me digás un día que sí seamos novios para luego decirme que no, y luego me digás que seamos amigos y luego te alejés.

Mateo tomó aire e inclinó un poco su cabeza hacia atrás. Unas pequeñas lágrimas salieron de mis ojos, no quería escuchar una vez más su rechazo, pero debía ser lo suficientemente fuerte como para hacerlo.

—"Te quiero". —Susurré. —No es muy difícil.

Mateo siguió en silencio y asentí mordiéndome el labio.

Me iba a dar la vuelta pero sentí su mano en mi muñeca deteniéndome.

—¿Vas a decir al..?

Me vi interrumpida por sus labios sobre los míos.







bOenas. ¿Qué tal?

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora