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Mateo

No era capaz de dormir. Y eso a causa de la incesante voz en mi cabeza que me decía que lo que había hecho estaba realmente mal. No quería dejar que la culpa me comiera pero tampoco quería seguir impulsos a media noche.

Maldije para mis adentros mientras me sentaba en mi cama. Si no iba donde Melisa no iba a poder dormir en toda la noche.

Me puse rápidamente una camisa y como estaba durmiendo en pantaloneta, simplemente me puse unos tenis y salí de la habitación.

Mi tía ya estaba dormida así que salí de casa en completo silencio, aunque si hubiera hecho ruido tampoco creo que se hubiera despertado. Una vez que se duerme, queda tiesa como un muerto.

Sabía donde quedaba la casa de Melisa y por suerte no era muy lejos de mi casa. Avancé por la calle, cruzando cuadra tras cuadra hasta finalmente ver esa casa.

Me quedé mirando unos segundos el lugar y me di una palmada interna. ¿Qué le voy a decir?

Me di la vuelta dispuesto a irme a casa de nuevo pero sabía que la culpa me iba a comer vivo. Además, ya estaba aquí.

Me fijé en que las luces de la casa estaban apagadas pero en un cuarto del segundo piso se veía que había una lámpara encendida. 

Iba a subir por la ventana y tratar de no morir en el intento. 

Me fijé en no hacer ruido porque alta vergüenza terminar despertando a sus padres y de esta forma, terminé logrando subir hasta su ventana. Por suerte si era de su habitación, porque llegaba a ser de sus padres y me clavaba un tiro en la mitad de la frente.

Miré adentro a Melisa acostada boca abajo acostada en su cama. Ya estaba en pijama, le quedaba muy chiquita y dejaba ver mucho su cuerpo.

Que pendejo de mierda que soy.

Cuando abrí la ventana escuché la música en su habitación y acompañando esto, unos ligeros sollozos de parte de ella que me hicieron sentir mal. 

Supongo que no escuchó el ruido que hizo la ventana porque la música estaba muy alta.

Tomé aire y la miré allí. 

No fui capaz de coger con ella sabiendo que en realidad no quería tener una relación con ella. Solo habría sido lastimarla más.

Me senté en la cama de ella hundiéndola un poco y provocando que su llanto se detuviera. Ella se dio la vuelta y se sorprendió cuando me vio.

—¿Qué hacés aquí? —Preguntó mientras se limpiaba las lágrimas. 

Tenía los ojos rojos y un poco hinchados.

Mateo decí algo por favor.

—Quería ver.. como estabas. —Dije mientras sujetaba mis manos entre sí nervioso.

Ella hizo un pequeño puchero mientras sus ojos parecía que iban a explotar en lágrimas.

—Estoy bien. —Dijo dándose la vuelta de nuevo en la cama para quedar boca abajo. —Ya te podés ir.

Pasé una mano por mi cara sin saber que decir o hacer, y ver su culo ahí no me ayudaba mucho.

—Lo siento mucho. —Dije mientras relamía mis labios nervioso. —Hice todo mal.

—No tenés que disculparte por no gustarte. —Dijo ella.

—Si, pero no debí haberte dicho que no. —Dije a lo que una vez más, ella se giró a mirarme.

—¿Por qué lo hiciste? Pensé que te gustaba. —Dijo ella limpiando las lágrimas que salían aún de sus ojos, mojando sus mejillas que se encontraban tan rojas como sus ojos y nariz. —¿Por qué me dijiste que sí.

—Porque.. —La miré a los ojos, mismos que me obligaron a sincerarme. —Egoístamente quería que estuvieras a mi lado.

Y, aunque no quería aceptarlo al inicio era la verdad. No quería decirle que no porque me gustó tenerla a mi lado. Pero cada vez que la tenía a mi lado me sentía mal porque sabía que estaba haciendo las cosas mal.

—¿Podés irte? —Preguntó ella triste mientras me daba la espalda. 

Suspiré. Soy una mierda.

—¿Puedo quedarme?






Bueno, hasta aquí porque me voy a ir a actualizar Babe.

Por cierto, gracias por los 1k votos.

Además les quería decir que me gustaría que fueran a leer mi novela "Vices" es de trueno, es super cortita y ya está concluida.<3

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora