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Mateo había vuelto a besarme después de esas palabras, sus labios se movían suavemente contra los míos, pero haciendo un contacto profundo.

Me separé de Mateo cuando la lluvia se hizo presente y de pronto ya llovía con fuerza y nosotros empezábamos a mojarnos.

—Vení. —Dijo Mateo jalando mi mano y comenzando a caminar por un camino que había allí en el bosque.

Aunque confiaba en Mateo, me sentí más aliviada cuando vi el lago, avisándome que no estábamos perdidos.

Allí había una pequeña cabaña y desde ahí podía ver del otro lado del lago la cabaña grande donde debían estar los demás y el profesor.

—Nos van a matar cuando regresemos. —Le dije a Mateo y él rió alzando los hombros.

—No creo que eso importe ahora. —Dijo antes de abrir la puerta de la cabañita.

Fruncí el ceño entrando con él.

—¿Cómo sabes de ésto? —Pregunté.

—Estuve explorando con Camilo. —Dijo Mateo.

Asentí.

Traté de buscar una luz para encender, más no encontré nada y tuve que conformarme con la luz de la luna que entraba por la ventana, apenas dejándome reconocer la silueta de Mateo.

—Aún no puedo creer que hayamos vuelto. —Dijo antes de abrazarme.

Reí enternecida y correspondí su abrazo mientras apoyaba mi cabeza en su pecho.

—Te amo. —Dije alzando mi cabeza para mirarlo a los ojos.

—No me digás eso ahora.. —Dijo Mateo mirándome fijamente.

Sus labios volvieron a atrapar los míos, y yo le di un pequeño beso para cortarlo.

—Basta. —Reí.

—Quiero besarte toda la noche. —Dijo Mateo y mi estómago se removió de emoción ante esas palabras.

—También quiero. —Reí antes de volver a besar sus labios pero esta vez fue Mateo el que evadió mis labios, desconcertándome.

Mateo me miró a los ojos y vi como se tornaban un poco oscuros, absorbidos por malos pensamientos que me transmitió solo con esa mirada.

Sus manos fueron a parar a mi cintura antes de volverme a pegar a él, suspiré ante el mero contacto de sus manos en mi cintura. Mordí mi labio cuando sentí la lengua de Mateo en mi cuello y jadeé al sentir como empezaba a dejar lascivos besos por esa zona.

Las manos de Mateo bajaron un poco hasta atrapar mis caderas y con sorprendente fuerza me sentó en una mesa que había en la cabaña.

Enredé mis brazos por su cuello, mientras me removía un poco al sentir sus manos colarse debajo de mi blusa empezar a tener un contacto directo con mi piel.

Sus labios volvieron a atrapar los míos y sin esperarlo si quiera, sus ágiles dedos zafaron mi corpiño dejándolo caer.

Se separó de mi y me miró fijamente.

—Quiero hacerte el amor.







Buenas mi gente. <3

Escribiendo esto antes del estreno de Babe III.

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora