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—Mi mamá te adora. —Dije recordando la conversación que tuve la noche anterior con ella.

Me encontraba camino al colegio con Mateo a mi lado. Él se había vuelto tan cuidadoso de mi, tan atento.

—No hace falta que le lleves flores, Mateo. —Dije y el negó con la cabeza.

—No es porque ella me quiera a mi, es porque yo la quiero a ella. ¿Entendés la diferencia? —Dijo Mateo y asentí.

—A mi no me has dado flores. —Dije cruzada de brazos.

—Si vos sos alérgica. —Dijo Mateo y yo lo miré frunciendo el ceño.

—¿Cómo sabés? —Pregunté.

—Tu mamá me dijo. —Dijo él y yo seguí confundida.

—¿En qué momento? —Pregunté confundida.

—Basta de preguntas. El caso es que sos alérgica. —Dijo Mateo y yo asentí. —A vos te doy un regalo luego.

—A ver. —Dijo Camilo en cuanto llegamos al colegio mientras soltaba nuestras manos. —Mantenés mucho con ella, Mateo. Tampoco era para que me olvidaras. —Dijo ofendido. —Y vos. —Me señaló. —No era para que me lo robaras.

Yo reí mientras Mateo rodaba los ojos.

—Yo me voy donde mi amiga. —Dije.

—Sí, danos un tiempo a solas. —Dijo Camilo a lo que Mateo le pegó en la cabeza. —Uh, vení.

Ellos se empezaron a pegar y yo reí rodando los ojos antes de irme donde Sofía.

—¿Cómo fue el fin de semana? —Preguntó Sofía.

—Omitiendo la fiesta.. todo piola. —Dije y ella rió.

—Boluda, yo te estaba diciendo que dejaras de tomar. —Dijo ella.

—¡No bastaba con eso, debiste haberme amarrado las manos o.. poner cinta en mi boca! —Grité.

—Hola, mi niña. —Dijo Lorenzo besando mi mejilla y abrazando mi cintura.

Yo me sentí algo incómoda, pero solo porque sabía que a Mateo no le agradaba él.

Y con justa razón. Antes de que Mateo y yo estuviéramos juntos, había visto a Lorenzo tocándome en este salón.

Me daba verguenza tan solo recordarlo.

—Hola.. —Dije con simpleza alejando sus manos.

—¿Te pasa algo? —Preguntó confundido.

Claro, es extraño que no sea tierna con él.

—Nada, solo.. debo hablar algo con vos ahora. —Dije.

Él me miró fijamente, bastante serio. No apartó su mirada de mi por varios segundos, hasta finalmente irse.

Decidí ignorar ese hecho y me quedé con Sofía hablando todo el rato. Incluso en clase, también en el descanso.

No nos hicimos con los demás chicos, puesto que seguían raros, y no me hice con Mateo porque realmente pensaba que igualmente debía pasar tiempo con Camilo.

Sin embargo, había perdido de vista a éstos dos últimos.

—Meli. —Dijo Tamara llegando agitada. —Mateo y Lorenzo están peleando.








Se pica?

Ahre, soy el visaje andante.

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora