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Mateo

—Ha pasado ya mucho tiempo. —Dijo Camilo a mi lado.

—Ah. —Dije mirando la tele.

—Creo que ya deberías volver. —Dijo Camilo y asentí con la cabeza.

Pasé el próximo canal buscando algo mejor para ver.

Bufé fuerte cuando Camilo me sacó el control y apagó el televisor.

—¿Estás escuchándome al menos? —Preguntó levantándose del sofá.

—No. —Dije levantándome del sofá.

Comencé a caminar hacia las escaleras, dispuesto a subir a mi habitación a dormir, pero mis planes fueron interrumpidos por mi mejor amigo, quien se puso en frente de mi, frenando mis pasos.

—Tenés que volver al colegio. —Dijo Camilo.

—Camilo, basta con el tema. —Dije harto y toqué mi cabeza cuando sentí un toque de dolor de cabeza. —Me estás rompiendo las bolas ya.

—Y te las voy a seguir rompiendo, créeme. —Dijo serio.

Suspiré.

—Ya ha pasado un mes, por fin hablaste con tu tía y te dijo que se siente mejor. —Dijo Camilo.

Es verdad, por fin estamos teniendo conversaciones casi todos los días de nuevo, y aunque insistí en verla se negó, dice que no se siente lista para que la vea.

Me da pena por ella porque claro, no debe lucir de la mejor manera, pero eso era algo que me importaba muy poco. Yo solo quería agarrar su mano y decirle que ahí estaba yo para ella.

—¿Qué tiene que ver eso con el colegio? —Pregunté y Camilo bufó.

—Amigo, basta. No da que sigás aquí metido viendo Warner Channel todo el día o en su defecto ESPN. —Dijo haciéndome reír.

—Camilo, no quiero ver a nadie de ese colegio y no tengo ganas de estudiar. —Dije y suspiré al ver que eso no le convenció en lo absoluto.

—Volvé al colegio y luego de eso no te voy a pedir nada más nunca en tu mugrienta vida. —Dijo Camilo.

—Tratame bien al menos. —Dije logrando que Camilo rodara los ojos. —¿Tanto te importa?

—Me importás vos, y se que necesitas ir al colegio.. aunque sea una mierda. —Dijo Camilo y asentí de acuerdo.

—Bueno, solo prometo ir. —Dije y él asintió satisfecho.

—Paso por vos mañana. —Dijo Camilo y yo volví mi camino hacia las escaleras. —Mateo.

Frené a mitad de las escaleras y lo miré.

—Melisa preguntó por vos hoy. —Dijo Camilo.

Todo este mes en casa me centré lo suficiente en que Melisa no era nadie para mi. Me lo repetí hasta creerlo.

Tengo que dejarla a un lado, si no, no sería válido todo el daño que le he hecho.

—¿Y eso qué? —Pregunté alzando los hombros antes de terminar de subir las escaleras.





Gudnai.

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora