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Mateo tenía un semblante serio. Cerré la puerta y lo miré.

—¿Por qué te ofreciste? —Preguntó.

—Para irte a curar. —Dije mirándolo.

Mateo rió e hizo una mueca, logrando que mis ojos se fijaran en la cortadura en su labio.

—No voy a..

—No te estaba preguntando, Mateo. —Dije y sin su permiso, tomé su brazo para caminar con él hasta enfermería.

Agradecí internamente que no me reprochara nada más y que no me sacara, porque cuando se ponía brusco yo no tenía oportunidad de ganarle.

Cuando llegamos a enfermería le pedí a la mujer un kit para curarlo y nos sentamos juntos en una camilla.

Saqué el algodón, el alcohol y agua oxigenada para empezar a limpiar sus heridas.

Miré su labio preocupada y me mordí el mío inconcientemente con miedo de que le duela mucho, pero aunque no quisiera, le iba a doler.

No lo pensé más y pasé el algodón por la cortadura.

—¡Uh, la puta madre! —Se quejó cerrando los ojos con fuerza.

Yo no pude evitar largar una carcajada al ver su reacción aunque sabía que le dolía.

—¿De que te reís? —Preguntó molesto.

—De nada. —Dije aún con esa sonrisa.

—Unas ganas de sacarte esa sonrisa de un.. —Mateo se quedó en silencio y su mirada se instaló fijamente en la mía.

Mis nervios se activaron y yo me sentía demasiado nerviosa mirándolo, pero también incapaz de sacar la mirada de la suya.

Sus ojos se fijaron un pequeño segundo en mis labios y por inercia pasé mi lengua por mis labios, lo cual me reproché internamente.

Bajé mi mirada a los suplementos para volver a echarle alcohol al algodón pero Mateo agarró mi brazo, logrando que vuelva a chocar mi mirada con la suya.

Mi respiración comenzó a acelerarse cuando noté su rostro tan cerca.

Sentía que todos esos sentimientos por él, que había mandado al fondo de mi ser, estaban emergiendo una vez más.

Su mano pasó a mi mejilla y no pude evitar amar ese contacto, cerré mis ojos y enseguida sentí un suave beso ser depositado en mis labios.

Mi corazón empezó a danzar dentro de mi pecho cuando sus labios volvieron a pegarse a los míos, sin mucha fuerza ya que probablemente se podría lastimar.

Él no se separó de mi, ni movió sus labios, más yo disfruté de tenerlo así, aunque no debía.

Con solo eso, tenía miles de emociones viajaban por todo mi cuerpo, y ahora mis mejillas se encontraban probablemente encendidas.

Sonreí maliciosamente y abrí mi boca para absorber suavemente su labio, para luego, repentinamente, morderlo, robándole un quejido que me hizo reír.




4/5

Les amoo❤

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora