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La noche había llegado y yo me encontraba en mi cama, mirando la televisión, una novela bastante aburrida pero no había nada mejor que hacer.

Papá había conseguido de nuevo un trabajo, cosa que me alegraba ya que se que le puso contento, y porque él era la ayuda principal económica en casa.
Aun así, me deprimió el hecho de no volver a estar tan juntos como lo hemos estado las últimas semanas, sin embargo, él prometió estar más pendiente.

Miré mi celular cuando vibró y fruncí el ceño cuando me di cuenta que era Tamara.

Rodé los ojos, no me acordaba de la “amenaza” que me había hecho.

“¿No pensas venir?”

Por suerte para mi, ese parque quedaba cerca de casa.

No iba a ir por la amenaza, sino para dejar en claro todo, que dejen ya de molestarme.

Es el último año, ¿pueden calmarse? Hay mejores cosas con las que entretenerse.

Me puse los zapatos y una campera, bajé las escaleras, llamando inmediatamente la atención de mi mamá.

—Son las siete y un poco más, ¿adónde vas? —Preguntó frunciendo el ceño.

—De veras no me siento bien. —Dije. —Voy a dar una vuelta al parque y regreso rápido, te lo juro.

—¿Tiene que ver esa vuelta con un chico? —Preguntó mi mamá a lo que reí.

—Ojalá. —Dije haciéndola reír. —Regreso pronto.

Salí de casa y tras cerrar la puerta, ocupé los bolsillos de mi campera con mis manos. Agradecí haberla traído porque realmente hacía frío.

Fui empezando a reconocer la familiar zona, estaba llegando al parque.

Antes me juntaba aquí con ellos, pasábamos muy buenos ratos, pero bueno, como saben, eso ha cambiado ahora.

Suspiré cuando reconocí la figura de las dos chicas. Ellas me observaron y caminé con tranquilidad hasta ellas.

Realmente, no me transmitía tranquilidad estar en un parque de noche con esas dos, pero tampoco tenía miedo.

—Creí que no vendrías. —Dijo Martina con soberbia.

—¿Por qué? —Pregunté y sonreí de lado. —¿Alguna vez me has visto correr de ustedes?

Me han herido muchas veces, sí, pero nunca he huido.

—Esperemos que hoy no sea la ocasión en la que corras. —Habló Tamara.

—Bueno, ¿qué es tan importante para que me llamen a esta hora y a este lugar? —Pregunté.

—Te vamos a poner los puntos. —Dijl Tamara.

Asentí. —Yo también.

—No estás en esa posición. —Dijo Tamara y empujó mi pecho con fuerza.

Fruncí el ceño antes de empujarla a ella con más fuerza, logrando tumbarla en el piso.

Temí cuando vi la mano de Martina aproximarse a mi cara y cerré los ojos esperando el impacto pero nunca llegó.

Abrí mis ojos encontrándome con una Martina rabiosa, con un brazo en el aire, sostenido por Mateo.










Jaii.

Bueno chicas. Ya les había avisado sobre la cuenta ( dirtynuns ) que me hice con mis compas.
Vayan a seguirnos xq en un rato vamos a subir una fic que va a estar idaa. Yo al menos le tengo mucha fe.
Xfis vayan, no me hagan llorar): ahre. Besos y abrazos ❣️

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora