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—Ay, me alegra tenerte aquí. —Dijo mi mamá al ver a Mateo.

—A mi me alegra estar aquí. —Dijo antes de poner un brazo sobre mi hombro.

Mi mamá me sonrió con coquetería y yo la miré mal mientras mis mejillas se calentaban.

—Vamos arriba, Teo. —Dije agarrando su brazo para subirlo casi arrastrado por las escaleras.

—Siempre la misma vos. —Dijo y yo sonreí negando con la cabeza mientras entraba con él.

—Es que mi mamá es como.. —Bufé.

—A mi me gusta hablar con tu mamá. —Dijo y yo lo miré mal.

—Claro, porque a vos te gusta reírte de mi y mi mamá le encanta reírse de mi, son el uno para el otro. —Dije cruzándome de brazos.

Mateo se rió y me tomó de la cintura.

—Te amo. —Dijo y yo hundí mi cara en su pecho.

Desde que me lo dijo la primera vez ya no para de decírmelo todo el tiempo, y yo sigo sintiendo una marea de sentimientos invadir mi cuerpo cada vez que lo oigo.

—¿Qué te hacés la tímida? —Preguntó acariciando mi cabello.

Saqué mi cabeza para besar sus labios.

Las manos de Mateo fueron a mi trasero y lo apretaron, a lo que yo mordí su labio y él jadeó.

Vi sus intenciones de colar sus manos debajo de mi pantalón así que las saqué rápidamente, a lo que Mateo se alejó para mirarme confundido.

—Tengo el periodo. —Le dije.

Mateo rodó los ojos y se sentó en la cama. 

—Bueno, al menos no estoy embarazada. —Le dije y Mateo asintió alzando los hombros. —¿Qué, no te importa?

—Sí, pero quería estar con vos hoy, y me la bajó. —Dijo Mateo.

—¿Y por eso te ponés así? —Dije al ver su desánimo.

—Bue, perdón por ser tan sensible, eh. —Dijo y yo negué con la cabeza antes de acercarme a él.

Me arrodillé y me puse entre sus piernas.

—¿Querés algo de consuelo? —Pregunté poniendo mi mano en su entrepierna.

—Ahí si no sos tímida. —Dijo volviendo a sonreír.

—Y a vos te gusta. —Alcé los hombros.

—A mi me gustas de todas las formas posibles. —Dijo y mordió su labio cuando le di un apretón a su ahora erección.

Mateo me ayudó a bajar su pantalón junto con su boxer, dejando al aire su erección.

Como extrañaba tenerlo para mi, sabiendo que después de hacer esto, va a quedarse conmigo a reír y hacerme bien.

Rodeé su miembro con mi mano y comencé a masturbarlo un poco para que se pusiera más duro, cosa que no me costó.

—¿Puedo ver tus senos? —Dijo Mateo con voz suave.

Sonreí y asentí antes de soltar su pene para sacarme la camisa. Iba a sacar mi corpiño, pero las manos de Mateo se me adelantaron.

Volví a poner mi mano en su miembro mientras sentía mi corpiño caer, y como las manos de mi novio acariciaban suavemente mi espalda, causándome un suave y excitante escalofrío.

Metí su glande a mi boca y lo acaricié con mi lengua, para luego entonces, introducir un poco más y empezar a absorber suavemente. 

Mateo gimió y yo sonreí para mis adentros, para luego sacar su sexo de mi boca y comenzar a pasar mi lengua por toda su longitud.

Lo miré a los ojos y Mateo sonrió mientras atrapaba su labio entre sus dientes.

Cuando vi que su miembro estaba lleno de saliva, volví a introducirlo en mi boca, tratando de llegar más a fondo y empezando a hacer un vaivén rítmico, mientras sentía el placer de hacerlo gemir.

—Dios.. —Gimió en voz baja.

Lo saqué de mi boca y empecé a rosar su glande con mis labios, excitándolo y haciéndolo sufrir un poco.

Volví a engullir su miembro y amé que gimiera con libertad al estar conmigo, porque había veces que no lo hacía.

Y como esto, quería que todo lo que hiciera fuera conmigo.







¿Cómo andan?<3

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora