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Y aquí estaba yo, entrando a la joda para ir a reírme un rato con mis amigos.

Al principio pensé en quedarme en casa pero estaba aburrida, y Mateo había estado demasiado serio desde ayer, ni siquiera me había escrito algún mensaje.

Así que solo vi viable esta opción, no es como si a mi no me gustaran las jodas.

Por otro lado tampoco quería venir al principio porque mis amigos habían estado re pesados ayer con el tema de Mateo, pero bueno, me los voy a tener que bancar porque igual son mis amigos y los quiero aunque a veces sean medio pesados.

Por suerte, iba a poder tomar y tratar de no ponerme triste por que Mateo esté así.

Es que a veces aunque quiera no lo entiendo.

—Uy, mirá quien vino tan potra. —Dijo Sofía al verme haciéndome reír.

No era cierto, no me había organizado casi, como solía hacerlo antes. Había decidido a último minuto venir.

Por eso, solo me puse un jean ajustado junto con un top, sin embargo no me maquillé ni me organicé el cabello.

—Vení, los pibes están por aquí. —Dijo y yo asentí yéndome con ella.

Cuando llegamos hasta éstos, los saludé a cada uno antes de recibir una bebida por parte de ellos.

—¿No quiso venir Mateo? —Preguntó Tamara.

—Ya les había dicho que no le gustan las jodas. —Dije con simpleza.

—Yo no dejaría a mi novia sola en una joda. —Dijo Daniel y yo bufé.

—¿Qué tiene de malo? Al menos él confía en mi. —Dije alzando los hombros.

—Sí, pero Mat..

—Wacho, pueden dejar de hablar de Mateo. —Dije esta vez seria.

—Si, flaco. Dejen de romper las bolas. —Dijo Sofía.

Todos se quedaron en silencio y yo tomé una cerveza.

No me gustaba hablar mal con ellos pero es que me jodía que fueran tan insistentes con el tema.

Fue cuestión de segundos que volvieran a empezar a hablar, pero por suerte de un tema distinto.

Me levanté del círculo y me fui a bailar un poco porque me estaba estresando.

Tomé un poco hasta ir tomando cada vez más.

—Dios, Melisa, dejá de tomar ya. —Dijo Sofía a mi lado.

—No.. —Me quejé. —Dejame.

Estaba ebria, era claro, pero quería seguir tomando.

Estaba riéndome sin entender nada de lo que decía Sofía hasta que me largué a llorar.

—Extraño a Mateo.. —Lloré.

Saqué el celular y empecé a grabar un audio llorando mientras Sofía trataba de sacarme el celular.

Sonreí limpiando mis lágrimas cuando vi una llamada de Mateo, la cual contesté.

—Hola, puto.






Ahre. Estaba re ebria la Meli.

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora