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—Siento haberme ido el otro día. —Dije sentándome al lado de Mateo.

—No hay problema. —Dijo él sin importancia.

Me daban ganas de llorar cuando me trataba así.

—¿Puedo ir hoy? —Pregunté.

—Sí. —Dijo Mateo mirando su cuaderno.

Asentí y me di la vuelta mirando a Camilo a mi lado.

—¿Y qué onda vos? —Pregunté.

No es porque me interesara más Camilo que Mateo, sino por que era más fácil hablar con él que con Mateo.

—Todo piola por suerte. —Dijo él con una sonrisa. —¿Y vos? 

—También. —Dije aunque estoy segura que mi expresión dijo todo lo contrario.

—Melisa. —Dijo Sofía llamándome.

Me di la vuelta y vi como me hacía una seña para que fuera hacia ella.

—¿Ya le dijiste? —Preguntó ella.

—Sí, pero ya no estoy tan segura de querer ir. —Dije nerviosa.

—No seás pendeja, dale. Es mejor si averiguas que siente el por vos y ya. —Dijo. 

—Sí pero me va a doler. —Dije haciendo un puchero.

—A menos que te llevés una sorpresa. —Dijo ella y asentí poco convencida.

El timbre sonó y Mateo se fue con Camilo. 

Quizá yo no debía comprobar nada y aceptar de una vez que Mateo no sentía absolutamente nada por mi. Pero aunque no me quería dar esperanzas, no podía descartar el hecho de que quizá su timidez es quien lo tiene así. 

¡Dios! ¿por qué tiene que ser tan confuso?

En el transcurso de la jornada escolar, preferí mantenerme alejada de Mateo ya que no quería ser aún más densa de lo que ya era en sí. Así que dejé que compartiera todo el día con Camilo, para que al final de la jornada nos fuéramos a su casa.

Cuando terminamos entonces la última clase, tomé mi bolso y me despedí de Sofía, no sin que antes ella me dedicara suerte.

Como de costumbre, Mateo estuvo callado todo el tiempo mientras caminábamos y, aunque en algún momento pensé en que debía hablarle preferí guardar silencio.

—¿Qué querés ver? —Pregunté cuando estábamos sentados en el sofá.

—La que vos querás. —Dijo Mateo mirándome.

Quise ver en sus ojos algo, pero no fue así, se veían tan duros como una piedra.

—Bueno. —Dije comenzando a buscar una película pero terminé poniendo cualquiera.

Porque bueno, yo no estaba allí para ver una película. 

Mateo comenzó a verla y parecía muy atenta a ésta. Yo no podía estarlo porque estaba tratando de ejecutar "el plan".

Miré a Mateo de reojo y cuando vi que estaba distraído, alcé un poco mi pollera para que mis piernas quedaran a su vista. Crucé éstas y vi como miraba un mini segundo hacia éstas y luego volvió la vista hacia el televisor.

Bueno, aquí vamos.









Holas<3

1/3 No es mucho pero es trabajo honesto ahre.

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora