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Se que probablemente esto les suene muy ridículo, pero últimamente se me hacía demasiado que Miguel era gay.

Las sospechas me estaban comiendo vida y mucho más la sugestión. A causa de la loca idea en mi cabeza, cada acto de Miguel empezaba a parecerme extremadamente gay.

Necesitaba confirmarlo, pero no sabía cómo. O bueno, de otro modo, descartarlo.

—Bu. —Dijo Sofía dándome un pequeño empujón que hizo que me sobresaltara tan solo un poco.

—¿Qué pasa? —Pregunté mirándola.

—Nada. —Dijo y se rió. —Tu nuevo vicio es estar en el limbo. —Dijo burlona y la miré mal. —¿Conociste ya algún demonio?

—Sí, y te va a jalar las patas esta noche. —Dije y ambas reímos.

—Conste que si me pasa algo va a ser tu culpa. —Dijo ella y rodé los ojos asintiendo.

El timbre sonó y salí esta vez solamente con mi amiga.

—¿Y con Lorenzo como va todo? —Preguntó ella.

—Bien, ¿por qué? —Pregunté mirándola de reojo y caminando a su lado.

—No sé, los veo re distantes. —Dijo y miré a un lado y localicé donde estaba sentado todo nuestro grupo de amigos.

Lorenzo se encontraba hablando con todos de una forma muy amistosa, pero para mi le estaba mandando miradas muy insinuantes a Martina.

—No sé, se molestó conmigo por una boludes. —Dije y Sofía levantó una ceja presionándome. —La última vez fue a mi casa pero posta no tenía ganas de coger, y el pibe se lo tomó re mal y comenzó a decirme banda pelotudeces.

—Que bobo puede ser el flaco ese a veces. —Dijo Sofía negando con la cabeza.

—Sí, mal. Igual yo creo que no debe durar mucho tiempo enojado. —Dije segura.

—¿Vos decís? —Dijo ella y asentí. —¿Y a vos no te molestó lo que dijo?

No. Porque dijo que era por Miguel y a lo mejor era verdad.

—No, no me molesto por esas pelotudeces. —Dije riendo.

—Boluda, ¿tu bolso donde está? —Preguntó ella frunciendo el ceño.

—Uh, me lo olvidé en el aula, la puta madre. ¿Me acompañás? —Dije medio frustrada.

—Te espero aquí. —Dijo sentándose.

Rodé los ojos y asentí antes de darme la vuelta y correr al aula de clase.

Abrí la puerta de golpe y mi mandíbula casi cae al suelo cuando lo primero que vi fue como Camilo le daba una nalgada a Miguel.

Ambos se quedaron completamente quietos y se miraron entre ellos antes de mirarme a mi.

Por alguna razón enrojecí avergonzada pese a que trataba de tragarme la pena que me invadía. 

Tomé aire y simplemente entré al aula, fui por mi mochila y me di la vuelta para salir del salón.

Estos dos no emitieron una sola palabra y yo me fui corriendo donde mi amiga.

No podía creerlo. ¡Miguel Palacios es gay!







Bueno, aquí un cap jajaja.<3

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Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora