Ya este fin de semana era el último de nuestras vacaciones, así que Mateo había vuelto a empacar sus cosas porque hoy se iría a su casa.
Me aburría un poco porque definitivamente haberlo tenido acá hizo que mis días fueran los mejores en todos los sentidos.
Además, sentía que él conmigo podía empezar a acostumbrarse a mi presencia; así como lo hizo con Camilo, y aunque no hay comparación, también como lo hizo con su tía.
Los últimos días hablé con ella, no me especificó mucho pero me dijo que iba a necesitar una donación o lamentablemente iba a morir.
Lloré mucho cuando me lo dijo, porque sabía cuanto le afectaría a Mateo, y peor aún, yo no podía seguir guardándole un secreto así.
Eso le comenté a ella, le dije que aunque a ambos le afectara tendría que decirle lo que está sucediendo, porque darse cuenta luego le iba a hacer más mal.
Quería estar ahí para él cuando se diera cuenta, se iba a sentir mal y probablemente iba a necesitar apoyo de alguien que lo sostuviera; y esa iba a ser yo.
Ella dijo que lo haría, y ahora me estaban comiendo los nervios.
—Ya tengo todo listo. —Dijo Mateo con la mochila, ya se había bañado y organizado.
Tenía el pelo mojado aún, se le veía extremadamente bien.
—Vamos. —Dije con una pequeña sonrisa estirando la mano para que él la agarrara.
Mateo puso sus manos en mis mejillas antes de pegar sus labios a los míos, formando un beso dulce que de algún modo me hizo sentir mejor.
Sus labios suaves y carnosos moviéndose sobre los míos mientras sus manos en su cintura me mantenían estrecha a él, me dejaba sentir su calidez y me hacía desear no alejarme de él nunca.
Mateo separó sus labios de los míos y apoyó su cabeza en mi hombro, hundiendo su cabeza en mi cuello. Me hizo estremecer con solo sentir su respiración ahí.
—Sos muy especial en mi vida. —Dijo desde ahí.
Yo cerré mis ojos y dejé que mi corazón se abrigara por esas palabras.
—Y vos en la mía. —Dije mientras abrazaba su torso.
Mateo empezó a dejar besos en mi cuello repetitivamente haciéndome reír.
Luego de eso finalmente decidimos ir a su casa, él se despidió de mi mamá diciéndole unas pocas palabras que se que la conmovieron.
No se que tenía Mateo con mi mamá, pero parecía que le agradaba en demasía.
Cada paso que daba con Mateo hasta su casa me hacía sentir nostalgia.
Yo hubiera preferido que se quedara.
—Ey, no llorés. —Dijo Mateo entre enternecido y divertido al verme.
—No estoy llorando. —Dije limpiando mis pequeñas lágrimas.
Sabía que igualmente nos seguiríamos viendo. En el colegio y también en nuestras casas al final de la jornada estudiantil.
Tuve que irme con un beso de consuelo.
Listos o no? Allá voy.
Gracias por las 70k leídas y los 10k votos❣️
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Cold [✓]
FanfictionEn 'Cold' Melisa se aventura en un romance adolescente lleno de drama al entrometerse en la vida del chico callado de su salón, quien al parecer tiene un corazón frío. Novela llena de cliché, romance, drama y comedia.