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Melisa

—¿Para qué? —Pregunté mirando a Mateo.

No quería confundirme más con él, pero es que simplemente cada uno de sus actos, cada una de sus palabras son confusas.

—Si no querés no hay problema. Solo es que.. está un poco tarde y, quiero quedarme. —Dijo el simplemente.

Se veía un tanto nervioso, pero sentía que la culpa era la que lo tenía aquí. Y yo no quería pena, yo quería amor. Si el no lo sentía, estaba bien, yo tendría que aceptarlo como normalmente nos toca hacer con todas las demás cosas que pasan en la vida.

—Mateo, si sentís pena por mi, no tenés qué. Andá a tu casa a dormir. 

Eso debí haberle dicho.

—Está bien. —Dije en cambio. —Solo por hoy. 

Me corrí un poco en la cama, dejándole un espacio. Y se muy bien que soy una estúpida por dejarle quedarse, siendo que me trató demasiado mal.

Tenía que desaparecer estos sentimientos por Mateo o iban a terminar haciéndome aún mas mal. No podía seguir actuando de forma tan irracional. 

Mateo se acostó a mi lado lentamente y cuando se hubo acomodado, agarré la manta y nos cubrí. Le bajé a la música y le di la espalda a Mateo mientras acomodaba bien mi cabeza en la almohada dispuesta a dormir.

—¿Podés apagar la luz? —Preguntó Mateo.

Tenía aún la lámpara encendida, no podía dormir si todo estaba completamente oscuro porque me daba miedo.

—No, me da miedo. —Confesé.

—Bueno, no tenés que tener miedo hoy. —Dijo Mateo mientras yo lo escuchaba en silencio. —Meli.

Mateo apagó la lámpara ya que estaba de su lado y yo me di la vuelta para encararlo.

—Mateo. —Dije tratando de no hablar demasiado fuerte como para que mi mamá me escuchara, pero si lo suficientemente alto como para que él entendiera que no me había gustado en lo absoluto eso. —Enciéndela.

—Pero estoy con vos. —Dijo Mateo tranquilo. —No te va a pasar nada.

Cuando dijo esas palabras me hizo sentir bien, me hizo sentir algo bonito.. algo cálido. ¿Por qué no se pudo comportar así para las demás cosas cuando se suponía que éramos novios?

—P-pero igual le temo a la oscuridad. —Dije y me puse nerviosa cuando él puso su mano en mi cintura.

—¿Y qué es lo que te asusta? —Preguntó.

No podía verlo muy bien, pero sabía que estaba demasiado cerca.

—No sé, solo me provoca temor. —Dije mientras miraba a todos lados.

A mi me parecía aterrador no poder ver nada, sentía que entre toda esa oscuridad podían llegar a haber miles de monstruos escondidos.

Me estremecí completamente cuando sentí la respiración de Mateo en mi cuello. Fue cuando unas profundas ganas de besarlo aparecieron.

Pero no debía. Mateo no merecía nada de mi, no se lo había ganado y yo, tampoco merecía volver a caer en sus fríos brazos.

—Descansa. —Dije mientras sacaba su mano de mi cintura y volvía a darme la vuelta para dormir.








No sé como va a terminar ésto. Ahre que todos sabemos como va a terminar xd

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora