55

6K 446 102
                                    

Mateo

El fin de semana había llegado y como había acordado ayer con Melisa, íbamos a ir donde mi papá.

Me ponía un poco nervioso ese hecho, pero a la vez, estaba seguro de que ella era la chica indicada.

—Mi tía regresa en una semana. —Dije cuando estuvimos el auto.

Ella asintió suavemente con la cabeza.

—¿Podrías darme su número? —Dijo mirándome.

—¿Para qué? —Alcé una ceja.

—Mm, vos hablás con mi mamá, yo quiero hablar con ella. —Dijo y yo reí asintiendo.

Ya me había dicho antes que no quería que hablara tanto con su madre, pero es que esa mujer es tan agradable.

Le pasé el número de mi tía sin problemas y seguimos el camino en silencio hasta llegar al cementerio.

No se vio muy sorprendida al llegar a la puerta de éste, más bien se veía apenada.

Era un tanto incómodo para mi, y no porque fuera ella, sino por ser la primera.

—No supe como decírtelo antes.. —Dije mirándola.

A veces me era tan difícil expresarme.

—Mi papá murió hace ocho años. —Dije y ella me miró con leve pena.

—Que en paz descanse. —Dijo ella dedicándome una suave sonrisa.

Sabía que ella sentía algo de pena por mi en ese momento. Así que aunque sabía que a veces me afectaba mucho, quise hacerme el fuerte.

—Ya lo superé hace tiempo, no tengo ningún problema con eso. —Dije tratando de sonar seguro.

Melisa sonrió mientras tomaba mi mano y ladeaba un poco su cabeza.

—No tenés que hacerte el fuerte conmigo, Teo. —Dijo mientras apretaba cálidamente mi mano. —Que lo hayas superado no significa que ya no duela más.

Yo la miré fijamente sin pestañear, mientras sentía mis ojos llenarse de lágrimas.

Ella iba a soltar mi mano pero evité este acto cuando la agarré con fuerza.
No reprochó este acto, solo caminó conmigo así hasta la tumba de mi padre.

No tenía ninguna duda que había encontrado a la chica correcta para mi.

Ella sería la chica correcta para todo el mundo en realidad, pero no todo el mundo lo sería para ella.

De hecho, yo no estaba seguro de ser el chico correcto para ella, pero porque ella me había escogido me encontraba muy agradecido.

—¿Crees que me agradaría a tu papá? —Preguntó ella con timidez.

Yo frené mis pasos cuando estuvimos frente a su lápida.

—Le agradarás. —Dije con una sonrisa mientras soltaba su mano.

Normalmente le hablo siempre hasta en mi casa, porque confío en que me oye.

Pero hoy quise ser reverente y vine hasta aquí, para presentarle a la chica que amo.








Hola mi gent❤️

Cold [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora