No celebró su cumpleaños y bueno...

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Capitulo 110

No celebró su cumpleaños y bueno...

- ¡MAMIS MAMIS DESPIERTEN! - Escuchaba a lo lejos una María Virginia excitada

- Qué pasa mi amor, ¿quieres dormir aquí? - la besaba y seguía con mis ojos cerrados

- No mamita, la abuela está preparando nuestro cumpleaños. No estuvo en nuestro festejo y lo esta armando todo en nuestro jardín. - Bruno vociferaba también muy alterado.

- ¿¿¿¿¿Que?????

Majo se despertó y besaba mi hombro atrayendo a Bruno y besándolo

- ¿Qué pasa? Hay olor a caramelo ¿hiciste el desayuno Pau? mi café favorito con caramelo... - hablaba María José dormida

- La abuela montó una feria abajo por nuestro cumpleaños

- ¿QUE? - Majo se levantó de golpe generando un pequeño mareo y abrió las cortinas

- ¿Tu madre se excedió? - consulte curiosa en la cama porque esto era inminente.

- Pero mami a nosotros nos encanta - Bruno me miro tiernamente y María entraba extasiada y feliz

- Si mi amor, a mi también. Vamos a cambiarnos. - abrazaba a mis niños y Majo se unión en el abrazo y besamos todos juntos a mamá

- Que hermosos que están, a ver - Tomo una foto con su celular. Norma estaba parada frente a nosotros - está todo casi listo, faltan mis bebés. Les dejo aquí la ropa que usarán

- ¿La ropa? - pregunto María José atónita...

- Si amor, cómo cuando eran pequeñas, todos iguales. Te amo - beso a Majo en sus cabellos y se fue.

Los niños rieron y sacaron su ropa de las cajas que la abuela había dejado. Para mi había una camisa blanca, con un cuello en escote en "V" de lino y un hermoso bordado en color manteca y un pantalón holgado con cintura alta, con un cinturón de cuero marrón.

Para María José un vestido blanco, con un bordado igual a mi camisa y un cinto en la cintura trenzado en marrón, mi niña tenía el mismo y nuestro varoncito igual a mi, solo que su camisa se abotonaba hasta el cuello. Me encanto no voy a mentirles. Ambas tres con botas tejanas y mi pequeño con zapatos en color camel. 

Nos fuimos incorporando y noté a mi cuñada y la tome de la cintura

- tu madre se excedió pero mírate - me carcajeaba -  luces como María José - me moría de risa pellizcaba su nariz y ella sonreía.

- Las gemelas Riquelme, quien iba a decir que si hubieran existido

Norberto estaba feliz con Mar a upa y comenzaron a llegar los invitados. O sea no conocía a nadie en este lugar más que a estas personas y mis hijos tampoco.

- ¿y esta gente?

- Amigos de mi madre, prepárate porque son sus amigas que siempre, pero  siempre le preguntaron por nietos. Va a enrostrarles a los gemelos

- ¿De verdad?

- Si mi amor- ellas venían con sus nietos y se fueron incorporando al jardín.

Cuando salí me impresioné, Norma había puesto una carpa cubierta de flores con una mesa amplia y manteles blancos. Iba a realizar un desayuno. Había masas de diferentes sabores y todo me apeteció.  Detrás de la carpa había una vuelta al mundo, payasos, malabaristas, títeres, unos trampolines que eran diferente: Sujetaban de la cintura a los niños y sobre una cama elástica saltaban.

- ¡¡se excedió ¿no? - me sorprendí pero ladee la cabeza

- Para nada, es lo que es Norma, me extraño que no fuera antes.

- No celebró su cumpleaños y bueno...

Ella posaba con sus nietos y literal se los enseñó a todos, era feliz esa mujer. Tenía a upa a Bruno y Norberto a María. Yo bese a mi mujer arrinconandonos en la cocina

- ven, dejemos a la abuela con los niños

- ¿Tu crees Majo?

- Si mi vida

Nos metimos en el baño de servicio y con toda la música del patio jamás se escucharía.

- te amo paulina, te amo mi vida

- Te amo mi amor

Concluimos nuestro momento de mujer para ser 100% mamis. Pero nos mirábamos cada tanto nos susurrábamos cosas al oído picantes. Nos sentamos mirando a los niños correr y disfrutar. María tenía su cara sucia y Norma siempre se empeñaba en limpiarla y acomodar su ropita. Ella la miraba y acariciaba su cara. Tomó parte de la crema del pastel y como es muy tradición nuestra le puso un poco en su nariz. Norma se sonrió y era igual a María, por dios.

Finalmente a la hora del pastel, había dos pequeños blancos y uno cubierto de chocolate enorme que debió de ser de mi suegra. Lo quería, se me hacía agua la boca. Cantamos el cumpleaños, mis hijos y Norma se besaban. Los flashes corrían y corrían, luego supe que era de una revista. Cuando fue el turno de nosotras, Majo me susurró algo en el oído que me hizo reír mucho. Le pedí a Puri que tomé con mi celular y mientras mis niños sonreían yo besaba a mi mujer tiernamente tomándola de la cara.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora