Siempre tú

Debemos hablar María José

Capítulo 101

Debemos hablar María José

No voy a mentir, había dormido tan bien, estaba tranquila porque ella estaba en casa, con sus bebés. Pero al dejarme en la florería me dejó tan nerviosa y con muchas preguntas. Seguro que si le consultaba o le proponía tener una charla accedería. Debía pensar qué decirle, de igual manera pasaría el día en la florería. En mi habitación encontré la ropa que iba a usar para la cita, otro estilo de ropa que usaba en el diario, una falda que no usaba hace siglos, solo un cambio de por sí algo pasaba, Lourdes pasaría por mi a las 18:00.

Le envié un mensaje a Majo, a decir verdad no podía sacarla de mi cabeza, la extrañaba mas y mas.

Paulina: Jesús irá por los niños al colegio, hablaremos después.

No recibí respuesta, me quedé en el mostrador, estaba haciendo un arreglo, teníamos un pedido grande, otra vez me habían dejado sola.

- Buenos días, me podrías dar semillas de girasol y de bugambilias-

- Claro, son- no, está mujer no - ¿Qué haces aquí?-

- Me dijeron que era la mejor florería de México y quise comprar algo antes de irme, en mi nueva casa se verán hermosas estas flores.

- ¿Tan descarada eres? Venir aquí, tú la culpable de que mi familia se destruyera.

- No Paulina no te equivoques. La única culpable eres tú, jamás permitiste que Majo te explicará, esa mujer te ama más que a su vida y la destrozaste, yo estuve ahí consolandola junto a mi novia mientras tú disfrutando con otra. Toma conciencia Paulina antes de que sea tarde - me dio una última mirada, dejó unos billetes sobre la barra y se fue con las semillas.

¿Ella tenía novia? Se iría con su novia, pero no, no podía ser, tenía que comprobarlo, sin dudarlo tomé mi celular debía escucharlo de sus labios, rápidamente le escribí no sin antes perderme un poco en su hermosa foto de perfil.

Paulina: Te veo en 30 minutos en la florería, es una emergencia.

MJ: Estaré ahí.

Dejé a Delia encargada, me encerré en la oficina, quizá era real, o tal vez solo me mentía, el tiempo pasó tan rápido que en un momento ya estaban tocando la puerta.

- Adelante-

- Hola Pau, ¿qué sucede? - Se veía tan hermosa.

- Debemos hablar María José- Ella inmediatamente tomó asiento en uno de los sillones y yo la acompañe- Hoy estuvo aquí Claudia, vino a comprar semillas para su nueva casa, se muda a Londres con su ¿novia?

-Si se conocieron en unas vacaciones, fueron a la India juntas y se enamoraron, cuando vino aquí estuvo en New York pero decidieron acompañarme en mi proceso, ambas.

-Perdóname yo no sabía.

-Lo sé, está todo bien.

- Me equivoqué Majo, lamento haberte separado de los niños así, olvídate del cronograma puedes verlos cuando quieras, solo llámame y estarán contigo- Me acerque tanto como pude y tomé sus manos entre las mías.

- ¿De verdad?

- Claro - puede ver sus lágrimas asomarse por sus bellos ojos celestes.- Son tus hijos, ellos te necesitan.

- Gracias Paulina te prometo que no los llevaré a Madrid, veré la formas pero no quiero causarte este mal - me abrazo fuerte, su aroma me embriago, le devolví el abrazo, me sentía en casa con ella así, nos separamos un poco viéndonos fijamente solo tenía que moverme y podría volver a saborear sus labios, cerré los ojos cuando su respiración hizo más pesada creí que podría ser pero no sentí sus labios sobre mi frente.

-Majo- No queria esperar mas, mandaría todo al diablo si ella me lo pedía, pero claro las cosas nunca salen como uno quiere, mi celular - Dame un segundo - Lourdes me llamaba preocupada, le confirme la salida, no quería ser maleducada sin embargo le comenté del problema con Bruno.

- Pau debo irme, hoy tengo un pequeño compromiso, ¿puedo pasar por ellos luego?

- Claro Majo, solo avísame - ella se fue, y me quedé confundida ¿compromiso?

La oficina olía a ella y podía jurar que mi ropa también, muchas veces quise llamar a Lourdes cancelarle, correr con Majo y recuperar el tiempo, la necesitaba.

El tiempo corría y mis ganas eran más, hablé con mis niños para informarles que luego verían a su mamá, su niñera les había puesto una de sus películas favoritas les prometí que llegaría más tarde y veríamos otra juntos, rogaría a Majo que viniera con nosotros su familia.