Tuya mi amor, soy tuya

415 25 0
                                    




Capítulo 78

Tuya mi amor, soy tuya

¿Un motel? Bueno quizá no era la mejor  idea pero no podía esperar, Pau puso el GPS, no estábamos muy lejos del lugar me dió el tiempo justo para recomponer mi ropa, ella me veía por el retrovisor relamiéndose los labios, la noche prometía tanto.

El lugar se veía lujoso pero sobre todo discreto, no preguntaron más que el nombre, el tipo de habitación y el tiempo que la usaríamos, ilimitado fue la respuesta de mi chica, segundos después por una rendija nos entregaron un tarjeta magnética y las indicaciones para la habitación, había elegido una de las más equipadas no se que traía entre manos pero antes de bajar me indico llevar nuestras recientes adquisiciones.

Ni bien nos bajamos la busque, debíamos subir unos escalones los cuales recorrimos a besos, Paulina apretaba mi trasero contra ella, veía sus intenciones de arrancar mi ropa pero se contenía con mucha dificultad. Logramos ingresar, lo que pude ver era pintoresco.

- Amor espera.

- Hmm ya espere mucho Majo.

- Me fui una semana solamente.

- Te fuiste 8 años María José - Sabía que no lo decía del todo enserio, me desnudo besando cada parte que dejaba al descubierto, en algún momento la arroje sobre la cama.

- Vas a esperarme - escuché como bufo.

Tome una ducha express, me coloque uno de los conjuntos que había comprado fue difícil debido a mi ya muy notable erección pero todo lo valía por mi mujer, escuché cómo agradecía algo a pesar de la música. Me uní a ella en la habitación y me tendió una copa de lo que parecía vino, la Vi semidesnuda conteniendo mis ganas de hacerle el amor.

- Por nosotras mi amor - brindamos y nos besamos un poco más.

- Baila para mí Majo - sus manos recorrie mi cuerpo sin dejar de verme con un puchero.

- Amor - no, no podía decirle que no, el tubo era muy alto, no soy la mejor bailarina pero le di lo mejor de mi y al parecer le gustaba tanto que sentada frente a mí se estimulaba por sobre las bragas, cuando la música se detuvo ella se levantó me besó e indico que me sentará donde ella había estado con anterioridad. La música sonó nuevamente ella se movía tan sensual que mande al demonio la lencería y retire mis bragas, ella no dejo de verme en ningún momento no había acabado la canción cuando se detuvo por completo arrodillándose antes mi, sentí sus labios y supe que no duraría mucho mis manos en sobre su cabeza marcaban movimientos erráticos, jadeaba.

- Amor, por favor - me sonrió me necesitaba tanto como yo a ella, quería hacerlo lento y duradero aunque sus planes eran lo contrario, en cuanto estuve dentro de ella viéndonos a los ojos se movió frenéticamente, me besaba y mordía todo lo que veía a su paso, gemiamos al mismo ritmo, mis uñas dejaron marcas en su espalda.

- Majo yo no tome la pastilla hoy, creo que tampoco ayer - hablaba entre cortado.

- ¿No era lo que buscábamos? Puedo salir si - no me dejó continuar, nuestros besos ya no coordinaban, me susurro al oído lo mucho que me amaba antes de detenerse, jamás sacó las manos de mis glúteos para que yo pueda salir de ella.

Estábamos exhaustas y satisfechas por el momento, se puso de pie  muy lentamente, me hizo acompañarla hasta el baño, preparo el hidromasaje ante mi atenta mirada y me invitó a entrar. Estábamos relajadas, me coloque sobre ella recargando mi trasero.

- Te necesito mi amor.

- Hmm ¿Si? - sus manos recorrían mis tetas e iban bajando lentamente.

- Mucho, necesito sentirte.

-No parece - ella reía - Espérame como me gusta y demuestrame lo contrario - le sonreí abandonado la bañera. Sequé mi cuerpo por completo esperándola sobre la cama dejando muy  a la vista mis nalgas.

Ella apareció momentos después con el arnés ya colocado, se puso justo detrás de mí dándome una nalgada.

- ¿Qué quieres mi amor?-

- A ti- me estimulaba con su lengua, los gemidos casi gritos aumentaron cuando sus dedos se hicieron presentes.

- ¿Que hago María José ?-

- Hazme el amor .

- No, se que no quieres eso- una nalgada más fuerte resonó - Dime qué quieres

- Cogeme mi vida -  una pequeña risa se escuchó seguido de una nalgada y la sensación de ella entrando en mi, fue lento al principio poco a poco se hizo más rápida, temía que se lastimara, sentí como salió de mi lentamente y se  alejó para sentarse sobre uno de los sillones.

- Ven aquí mi amor - lo hice, dándole la espalda me senté sobre ella, con sus manos en mis tetas me susurraba lo mucho que le encantan mi cuerpo, me límite a gemir, me sorprendía lo mucho que había durado a pesar de la manera en la que me lo hacia.

- Más rápido Pau.

- ¿No te basta? ¿Esas nalguitas no tienen lo suficiente?-  Sus manos ya estaban masturbándome y vaya que lo necesitaba - ¿De quienes son?

- Tuyas mi amor, soy tuya.

- ¿Hmm todas mías? - le encantaba torturarme y gemía entrecortado provocandome.

- Si, solo tuyas, les encanta tenerme dentro - no  entendía como podía responderle aún pero ella parecía disfrutarlo, no me contuve más terminé sobre su mano, ella besaba mi cuello sin salir de mi, esta noche prometía ser espectacular, y sabía que solo estaba comenzando.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora