Capítulo 73
Es casi perfecto, pero algo falta
Después de las vacaciones la rutina nos dió un golpe, trabajo, escuela, tiempo en pareja, lo que creí sería imposible se convirtió en un gusto, ahora que Paulina solo iba un par de noches al cabaret podíamos compaginar nuestros papeles, hasta las 20:00 ha y en la parte baja de la casa éramos las madres más felices del mundo, ayudabamos con deberes, veíamos películas o series, cocinabamos, jugábamos, pero una vez dando las 20:30 con los niños durmiendo y en nuestra habitación todo eso pasan a segundo plano, solo éramos dos mujeres que se amaban más que a nada y no dudaban en demostrarlo de todas las formas posibles, si bien no solo usábamos la cama, ese era nuestro refugio.
Mañana sería el día, debimos presentar los argumentos para lograr la libertad condicional de Roberta, no me confiaba, si pero tampoco lo dejaría al aire, debía lograrlo. Ni bien regresaron los niños de sus actividades Paulina los envió a hacer sus tareas y a mi a repasar, ella solo nos observaba. Conforme pasaba la tarde ella no me dejaba jugar con mis niños, se encargó de revisar, hacerlos cenar y por último dormir, no paraba de pensar en si Mar había pedido el pato amarillo o su muñeca sumergible, si Bruno quiso por un cuento o una canción, en sí se durmieron al mismo tiempo, en las veces que Paulina frunció el ceño por qué no obedecían y en como ambos la imitaban, ellos tres eran mi mundo y perderlos jamás sería una opción, debía ganar, por mí y por ellos.
Las palabras comenzaron a fluir, escribía, era un don en mí, pero de repente un bloqueo, Roberta era inocente pero no podía expresar el como, estaba a punto de rendirme, quizá mañana cuando tuviera a todos frente a mí, las palabras volverían a fluir
- Te ves tan hermosa así - Paulina se apareció por la habitación con esa pijama corta, por encima mi bata de seda favorita, llevaba una taza de café en las manos y una gran sonrisa -
- Gracias mi amor, terminó pronto y podemos dormir - Comencé a juntar todos mis papeles, debíamos mudarnos ya, que la habitación sea también mi oficina tenía más desventajas
- ¿Terminaste? - dejó la taza y se acercó a mí, colocó sus manos sobre mis hombros para tratar de espiar.
- Aún no, pero seguro mañana se me ocurre algo -
- No María José, debes terminar, y te ayudaré - beso mi cuello, sus manos se dirigieron a mi abdomen, quería dejarme llevar pero no era el momento
-Amor no ahora
- Siempre te ha gustado, vamos si lo dices correcto me quitó la prenda que tú quieras - me vio de forma seductora, si bien antes me ayudaba con los casos, esté en particular era el más importante, aseguraba mi permanencia en México.
Los besos no paraba, sus manos subían y bajaban de mis pechos al abdomen, en aquella visita a Madrid hicimos esto, yo redacta y ella a cambio se quitaba una prenda, muchas veces iba a más para motivarme, una vez terminado hacíamos el amor toda la noche, siempre creí que era mi amuleto pues los mejores días venían después, claro que cuando nos separamos hacia todo de manera mecánica.
- Está bien, pero te diré qué hacer -
- Trato - nos sonreímos y le leí, ella hacía gestos cuando algo no le gustaba -
- Deberías mencionar a sus hijos, no solo a Micaela-
- Pero ella es su hija..
- No amor, a pesar de que no es nuestra madre biológica, los tres la queremos, a mi me ayudó con los gemelos, a Julián con el tema de Diego y con Elena tienen una buena relación de amigas - agregué lo que ella decía y se lo leí, pareció gustarle del todo pues se quitó la parte de arriba del pijama, no traía sostén y el frío se hizo presente, solo mordí mi labio y trate de calmarme.
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Siempre tú
FanficPaulina de la mora se enfrenta a una realidad, a una vida completamente nueva acompañada de sus hijos, pero el pasado vuelve a ella, ese pasado con perfume de mujer...