Capítulo 84
¿Creía que solo les comprabas un juguetes?
Contra todo pronóstico habla llegado el día, era 10 de septiembre y como todos los años desperté con una sombra de tristeza en el corazón, otra vez me desperté con apuro para prepararles un rico desayuno, sin embargo al dejar la cama y llegar a la cocina todos mis miedos desaparecieron, María José estaba adornando una bandeja con frutas, de espaldas a mí, moviendo sus caderas al ritmo de la música, mis mirada vagaba por su cuerpo, supongo que ella lo noto pues sin girarse me hablaba. Había dos bandejas con cientos de cosas ricas, y sobre ella unos pequeños postres que tenían sus nombres.
- Buenos días mi amor
- Muy buenos días - Me acerqué a abrazarla, ella me besó dulcemente antes de volver a lo que hacía
- Esto casi está listo, podemos despertar a nuestros bebés ya -
Se veía tan ilusionada que me daba pena decirle que los niños dormían hasta pasado el mediodía en su cumpleaños, retrasé un poco más el momento besándola, la apretaba contra mi, recorría mi cuerpo con sus manos sin embargo ella no reaccionaba, me resigne aunque parecía no notarlo, tomó la bandeja entre sus manos yo solo la seguí.
El despertar de mis bebés fue un poco difícil, estaba segura que María nos arrojaría la almohada que solía abrazar todas las noches, Bruno simplemente dijo algo inentendible, nosotras reímos y con muchos mimos logramos despertarlos, se veían tan felices que todo estaba valiendo la pena
- Gracias mamis, viste Bruno, ya no necesitamos pedir más deseos, al fin tenemos lo que siempre quisimos, a nuestra mamá y mami muy feliz -
Tuve que contenerme para no llorar, Majo me abrazó, la sentía distante sin embargo lo veríamos después, hoy era el día de mis niños.
Dejamos que ellos eligieran como vestirse, iríamos a desayunar a su lugar favorito. Mientras conducía Majo no paraba de enviar mensaje, mis niños aunque cantaban y reían lo notaban
- Si, verdad Mamá...
- Mamá Majo- Bruno insistia...
- ¡María José, tus hijos te hablan!
- Perdón mi niña, ¿que decias? - debía respirar, en el lugar por ser temprano no habían muchos niños, pudimos disfrutar de un desayuno agradable, por primera vez en todo el día María José dejó el celular, esperaba que por lo menos, por sus hijos hiciera un esfuerzo.
- Entonces niños, ¿que quieren hacer ?
- Comer Helado - Ambos reían, Majo un poco sorprendida me miró, solo asentí, ellos podrían hacer lo que quisieran. Hoy era su dia.
Fuimos a nuestra plaza, los niños amaban ir después de que supieron que su madre y yo pasamos muchos tiempo ahí, con Helado en mano recorrimos varias tiendas hasta parar en la juguetería.
- ¿Creía que solo les comprabas un juguetes? -
- Claro, de regalo para sus fiestas, hoy pueden elegir cuanto quieran - Le guiñe el ojo y seguí a mis niños, recorrimos todos los pasillos buscando juguetes iguales, María José un poco cansada se detuvo en una esquina, después de besar la frente de Mar salió para atender una llamada urgente, por tercera vez en la mañana respire profundo para poder seguir adelante, nada arruinaría el día de mis hijos.
Con un par de juguetes y algo de ropa fuimos a almorzar, en el área familiar mientras los niños jugaban Majo estaba desesperada
- ¿Me dirás qué tanto te pasa? No nos prestas atención, estás ida ¿acaso no te importa?
- Mi amor no...
- No María José, es el día de nuestros hijos, si tienes mejores cosas que hacer es mejor que las resuelvas - no deje ni que me respondiera, me retire de la mesa para verlos, les tome un par de fotos, ellos posaban para la cámara, pude notar como María José nos observaba pero lo deje pasar, no volvimos a la mesa hasta que la comida estaba servida.
- ¿Que les gustaría hacer después mis niños?-
- ¡Películas en casa! - Majo intentó tomar un par de veces mi mano, besar mis labios, seguía enojada pero por mis hijos se lo permití, ellos reían y nos pedían más muestras de cariño, nos tomamos muchas fotos antes de volver a casa.
Esta vez condujo ella, nos llevaba a la casa nueva, una sorpresa nos tenía, y vaya sorpresa, la casa llena de globos, una máquina de Palomitas, sodas, lo que parecía ser un proyector y la sala acondicionada como si fuera un cine, la sonrisa de mis niños era tan grande. Les mostramos su nueva habitación prometiendoles que compraremos pronto todo para decorar, dejamos que explorarán un poco, momento que aprovechó para pegarse a la pared.
- Quería que fuera una sorpresa para ustedes mi amor, perdón ¿si? - La bese, mis hormonas estaban Jugando una mala pasada, solo habían pasado dos días sin pastillas, sin embargo mi ánimo cambiaba constantemente.
- Mamá, Mami, queremos ver una película -
- Por la noche seguimos con esto - Me besó una vez más tan profundo que me dejó en las nubes, mis piernas temblaron. Al volver al primer piso, vimos un par de películas antes de que ellos se durmieran sobre nosotras, cambiamos el estilo de película, aún con nuestros hijos logramos abrazarnos, me quedé profundamente dormida.
Cuando por fin desperté estaba sola, a lo lejos escuché sus risas acercarse.
- Mami, por fin despertaste, mamá compró mucha comida para nosotros.
- Si Mami, vamos a comer y después a comer pastel. - Solo me susurró un perdón, y con otra película de fondo cenamos tranquilos, estaban emocionados por su fiesta, la nueva casa y un posible viaje a Madrid, que si bien no me encantaba, sabía que mis hijos tenían el derecho de conocer a ese lado de su familia.
Los niños se durmieron, no quisimos volver a casa, con cuidado los acomodamos en la única cama, María José volvió a estar un poco distante, sin embargo entendía, pero pensé que nos podíamos escapar a la piscina, en cambio ella solo beso mi frente antes de abrazar a Bruno y quedarse dormida.
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Siempre tú
FanfictionPaulina de la mora se enfrenta a una realidad, a una vida completamente nueva acompañada de sus hijos, pero el pasado vuelve a ella, ese pasado con perfume de mujer...